51. Pasa la vida (Aurora Rapún)
En el último sorbo de café, el borde descascarillado se tropezó con su labio y le hizo un corte.
Miró la taza con irritación, luego con pena; por último, la contempló con extrañeza al recordar de pronto que fue el primer objeto que compró cuando inauguró su vida de adulta. La fregaba, la secaba y la guardaba una y otra vez. Solitaria en el armario.
Luego llegó una segunda taza, después los vasos y las copas. Todos fueron arrinconados por los biberones, que enseguida desaparecieron para volver a poner en primera posición a las tazas, que se fueron rompiendo una a una. Hasta que solo quedó esta, la primera. Lo más extraño, pensó mientras se lamía el corte, es que el armario también había desaparecido, y la cocina, y la casa. Y sin saber cómo, las dos habían llegado hasta aquí: una, con el borde desportillado; la otra, con los labios agrietados.
La vida continúa, con sus circunstancias e imperfecciones, pero llega un momento en el que esa existencia, aun cambiante, termina, o al menos, tal como la hemos conocido. Lo vemos en nosotros y en las estancias y objetos que nos sirven y acompañan.
Original relato, lleno de contenido vital y para la reflexión.
Un abrazo y suerte, Aurora
Eso es lo bueno de la microliteratura, que nos permite pararnos un momento y reflexionar. Muchas gracias por tu comentario, Ángel. Un abrazaco.
Me encanta, Aurora, cómo nuestras tazas nos acompañan a lo largo de nuestra vida, tan fieles, con sus pequeñas taras, hasta el final, como esta pobre superviviente y su dueña. Buen paralelismo trazado con mucha sensibilidad. Mucha suerte. Un abrazo.
Jesús, muchas gracias por tus palabras. Así es la vida, ¿verdad? Hay pequeñas cosas que permanecen aunque se vayan deteriorando, como nosotros mismos. Un abrazo fuerte.
Qué buena imagen, los desconchones de la vida aportando carácter y personalidad para convertirse (en este caso, una taza) en lo más valioso de tus vivencias. Lo cuentas con tanta sensibilidad, pero de forma tan humilde, que llega directo al alma. Enhorabuena, Aurora, este relato (que ya tiene libro, seguro), va a darte muchas alegrías.
Un abrazo.
Alegrías desde luego ya me ha dado. Solo con tus palabras, ya estoy contenta☺️Lo del libro habrá que verlo… Un abrazo muy fuerte, Juan Manuel.
Qué bonito, Aurora. Cómo vas llevando al lector en un recorrido por la vida guiado por esa humilde taza (seguro que todos tenemos una taza como esa, yo al menos sí) hasta llegar a ese final abierto que deja que cada uno se lo imagine a su manera.
Me encanta. Un abrazo fuerte fuerte, compi, y un millón de suertes.
Pues ya sabes, Ana María, a conservar esa taza y a valorar sus imperfecciones, que tienen mucha belleza dentro, como la vida. Un abrazo muy fuerte.
Muy ingeniosa la idea del paso del tiempo reflejada en el deterioro de una taza. Y la vida de la mujer en paralelo.
Otro ejemplo de que los objetos terminan definiéndonos y siendo parte inseparable de nuestra existencia. Unos nos sobreviven, otros, como esta taza se deteriora al ritmo de su dueños. Y muchos desaparecen antes que nosotros.
Te ha quedado un relato muy bello.
Me alegra que hayas encontrado belleza en el texto, Rosa. Muchas gracias por tu lectura atenta y por tu comentario. Un abrazo fuerte.
Aurora, que bien has descrito las peripecias vitales de la dueña de esa taza, y qué bonita simbiosis entre ellas, que han recorrido juntas ese gran trecho del camino. Precioso.
Un abrazo y suerte.
A lo mejor el truco está encontrar la belleza en las imperfecciones, ¿no crees? Al fin y al cabo, nadie es perfecto. Muchas gracias por tu comentario, Rosalía. Un abrazo gordo.
Hola Aurora, no hace falta una trama complicada para escribir un buen relato. En este caso algo tan cotidiano y sencillo como es la taza desconchada, que en su día fue nueva y bonita, acompaña a la protagonista, envejece con ella compartiendo heridas como el mejor testigo secundario de una vida.
Un abrazo y suerte
No podrías haberlo analizado mejor, Pilar. Muchas gracias. Un abrazo fuerte.
No solo me atrapa la aparente sencillez del relato (si es que se puede considerar sencillo resumir una vida con tan pocas palabras y tan bien narrada), sino que me encanta la estructura circular que une el primer párrafo con la ultima frase.
Un abrazo y suerte.
Me alegra haber logrado atraparte. Muchas gracias por tus palabras, que son un impulso para mí. Un abrazo fuerte.
Hola Aurora:
Precioso micro. La taza y su dueña pasando etapas, cambiando, viviendo momentos, y ese final con el paralelismo de los labios (que se une con el inicio) y el desgaste de la taza… Magistral
Un placer leerte, enhorabuena
Alberto, muchas gracias por tu lectura y por un comentario tan generoso. Me alegra mucho haber logrado transmitir la idea. Un abrazo fuerte.
Buen uso de un objeto tan cotidiano como una taza para hablarnos del paso de la vida y del desgaste en los cuerpos. Me ha gustado, Aurora, poético y potente. Mucha suerte
Muchas gracias, Jesús. A veces en las cosas sencillas está el meollo de la vida. Un abrazo fuerte.