Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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55. UN CROMOSOMA DE MÁS (Rosalía Guerrero Jordán)

El diagnóstico prenatal les cambió la vida. Les dejó noches sin dormir y el estómago sellado, mientras la duda oscilaba sobre sus cabezas como el nudo corredizo de una soga.

Pero en cuanto vieron la carita sonrosada y sintieron la mano minúscula aferrarse a la vida, anclada en sus dedos adultos, las dudas se disolvieron entre las paredes blancas del quirófano vacío, y el amor se desbordó inundando la planta de maternidad.

Todavía recuerdan los primeros años, peregrinando de consulta en consulta, saltando de un ingreso al siguiente, respirando aliviados al regresar juntos a casa una vez más.

Desde entonces han vivido celebrando cada pequeño avance, cada logro diminuto, cada meta que se antojaba imposible de alcanzar por ese niño feliz que te besa y te abraza sin motivo; ese niño risueño que te cuenta un cuento con su lengua grande y su hablar espeso; ese niño curioso y obstinado que observa el mundo con sus ojos rasgados y su sonrisa perenne.

Ese niño grande, autónomo a pesar del cromosoma de más, que no perderá su pícara inocencia jamás.

30 Responses

  1. Qué bonito, Rosalía! Mira, se me salta la lagrimita y todo.
    Me gusta la historia, me gusta la forma de contarlo y me gusta el final.
    Un besazo y mucha suerte, amiguísima.

    1. Rosalía Guerrero

      Jopeta, no sé que me emociona más, si que te salte la lagrimilla o que me llames amiguísima.
      Muchas gracias, bonita, nos vemos pronto.

  2. Hola, Rosalía. Con sólo leer el título, yo ya supe de qué trataba tu cuento y que me iba a gustar mucho porque lo vivo en mi propia familia con mi sobrina Isabella, que también tiene Síndrome de Down y que, junto a sus hermanos, es lo más bello que me pudo dar la vida (Se nota que soy una tía babosa, jaja). Si hay algo que me enseñó mi sobrina, es a ver más allá de las apariencias; como yo siempre digo, a Isa la quiero con todos sus cromosomas.

    Gracias por un micro hermoso.

    Cariños,
    Mariángeles

    1. Rosalía Guerrero

      Mariángeles, mira que estaba yo preocupada por si no lo había sabido reflejar bien, pero me alegra comprobar que sí que he contado lo que quería.
      Muchas gracias por tu amable comentario, y enhorabuena por tu sobrina (y el resto de sobris, claro)

  3. Rafa Heredero

    No será perfecto con ese cromosoma de más, pero el cariño eterno que le profesan sus padres estoy seguro de que le hace sentirse pleno, completo y feliz. Como a sus padres, por otra parte.
    A nosotros nos dejas también con una sonrisa y cargados de emoción.
    Un abrazo y mucha suerte.

    1. Rosalía Guerrero

      Pues sí, Rafa, al fin y al cabo nadie es perfecto, aunque tengamos el número de cromosomas que se suponen exactos. Y lo que importa para ser feliz es el amor, el que damos y el que recibimos.
      Un abrazo fuerte de vuelta y muchas gracias por leer y comentar.

  4. Rosa Gómez Gómez

    Precioso relato que abraza el amor filial sin importar nada lo demás. Destaco tu visión positiva respecto a una situación difícil de vida para estos padres: curioso, feliz, autónomo, risueño…, quien no querría tener un hijo con estas cualidades?

    1. Rosalía Guerrero

      Sé que hay mucha variabilidad entre las personas con Down, pero al margen de ello qué duda cabe que un entorno feliz, cariñoso y responsable puede hacer milagros. Exactamente igual que con el resto de personas.
      Un beso y muchas gracias por tus palabras.

  5. Hola Rosalía:
    A todos los que nos toca de cerca temas como el que propones nos parece maravilloso (e importante) que forme parte de la ficción.
    Planteas una historia de lucha, pero sobre todo una historia de amor y felicidad de dos padres muy orgullosos, que, al llegar a casa disfrutan de lo increíble que es su hijo. Y nada más. Y nada menos.
    Un abrazo y enhorabuena Rosalía

    1. Rosalía Guerrero

      Está bien que la ficción tome la realidad para visibilizar a quienes tienden a estar ocultos, y a darles el valor que, como seres humanos primero, y como personas especiales después, merecen.
      Desde luego, esos padres deben estar orgullosos, pues si criar un hijo «normal» ya supone un trabajo, con uno que necesite un esfuerzo extra es encomiable.
      Otro abrazo para ti y muchas gracias por detenerte a comentar.

  6. Sara SH

    Rosalía, qué micro más bonito!! Por lo que cuentas y por cómo lo cuentas. Sin ser nada ñoño, emana emoción, despierta sentimientos preciosos, y deja una sonrisa en la boca. Enhorabuena y un abrazo gigante!

    1. Rosalía Guerrero

      Ay, Sara, muchas gracias. A veces es fácil caer en la ñoñería sin darse cuenta. Y aunque tiendo a lo macabro esta vez, con el wabi sabi, me ha salido algo más emotivo.

    1. Rosalía Guerrero

      Muchas gracias, Aurora, me encanta que te haya dejado buen sabor de boca.
      ¡Un abrazo fuerte para ti también!

  7. Ángel Saiz Mora

    Toda vida es lucha para cualquiera, pero, paradójicamente, quien a priori parece haber nacido con más dificultades aún a superar en un mundo tan competitivo, puede venir también con una especie de varita mágica, para hacer ver la vida a los demás de una manera más auténtica y sana. No hay nada mejor que una sonrisa sincera y un cariño verdadero.
    Una historia muy humana, clarificadora, bien contada y ajustada al tema propuesto.
    Un abrazo y suerte, Rosalía

    1. Rosalía Guerrero

      Muchas gracias Ángel. Hay cosas que te obligan a cambiar el punto de vista desde el que observas la vida. Como en este caso, o como cuando estás a punto de morir. Nada puede igual después de eso.
      Un abrazo de vuelta para ti.

  8. María Gil

    Es tan tierno y lo conduces con tanto cariño que el relato hipnotiza al leerlo. Enhorabuena.
    Un abrazo, Rosalía

    1. Rosalía Guerrero

      Muchas gracias, María, ¡lo de hipnotizar no me lo esperaba!
      Un abrazo para ti también.

      1. María Requena

        Es una preciosidad de relato, cuánto amor desprenden esos padres. Una hermosura. Enhorabuena, Rosalía. Un abrazo.

    1. Rosalía Guerrero

      Hola Edita! Pues la verdad es que no lo conozco de cerca, pero sí que trabajé un tiempo con una chica Down que era una caña, descarada y resuelta, y con una vida social plena. Y me daba un poco de respeto escribir sobre este tema porque podía meter la pata por el mismo desconocimiento.
      Un abrazo y muchas gracias por tu amable comentario.

    1. Rosalía Guerrero

      Es curioso como algo que se presenta al principio como terrible se convierte después en un tesoro.
      Muchas gracias por pasarte a comentar, Rafa.

  9. Jesús Navarro Lahera

    ¡Qué bello y tierno micro! No necesita sorpresa final para emocionarnos. Muy bien escrito, totalmente alineado con la propuesta, y con una historia tierna que nos hace querer a ese niño de sonrisa e inocencia perenne. Suerte y un abrazo.

    1. Rosalía Guerrero

      Muchas gracias por tus palabras, Jesús. Esta vez he dejado aparte el giro final truculento que me gusta tanto. La ocasión lo requería.
      Un abrazo.

  10. Bonito homenaje a los seres humanos sin los espesos filtros que la mayoría nos autoimponemos.
    Has construido un relato que comienza envuelto en sombras, con un primer párrafo contundente y casi lapidario, para ir reverdeciéndolo hasta dejarlo repleto de luz. Y todo ello, de una forma fluida y llena de sensibilidad.
    Felicidades, Rosalía.
    Un abrazo

  11. Aurora Rapún

    Es un micro muy bonito con la sensibilidad que despliegas, pero ¿sabes qué es lo que más me gusta? Esa duda inicial de los padres, como un nudo corredizo. Es enormemente humana. Un abrazaco fuerte.

  12. Josep Maria Arnau

    El amor de los padres que se deja capturar por la vitalidad de su criatura que añade una belleza irresistible a la imperfección de su cromosoma de más. Un precioso canto a la vida, Rosalía. Enhorabuena.
    Un abrazo y suerte.

  13. Qué bonito, Rosalía. Me encanta ese «Ese niño grande», «con su lengua grande y su hablar espeso» que es recibido con un amor que desborda y con el que celebran todos los pequeños logros.
    Ternura en cada frase.
    Un abrazo.
    Carme.