72. La musa (Josep Maria Arnau)
Ella siguió su camino. Él se sintió huérfano; las lágrimas resbalaron por sus mejillas y cayeron sobre la hoja en blanco. El papel las aceptó generoso y su huella quedó marcada: una mancha. Solo una tenue mancha, sí, pero él quiso guardar la hoja con aquel instante atrapado. Dejó de escribir por mucho tiempo. Pensaba que nunca volvería a hacerlo, hasta que una mañana despertó con ese recuerdo en su cabeza. Se levantó de la cama y buscó la hoja que había mantenido a buen recaudo. El papel ya había adquirido una tonalidad amarillenta, la mancha seguía allí. Su presencia era más manifiesta y sus bordes caprichosos dibujaban una silueta. Se fijó bien: del papel parecía emerger un dinosaurio. Casi sin pensarlo, se puso a escribir. Fueron siete palabras.
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Qué bueno! Buen juego con el micro más famoso.
Las musas son así de caprichosas, Mía “musitas” se me escapan con más frecuencia de la que desearía, y cuando ocurre, qué tristeza, me quedo desorientada y tengo que conformarme.
Un corazón roto duele mucho; por contra, también es muy inspirador, y la escritura, terapeútica. Quien nace con la inquietud de llenar un espacio en blanco sabe que no le va a abandonar nunca, es eterna mientras él exista, si es que eso puede decirse. La mancha de una lágrima puede ser muy inspiradora, como una cicatriz. Quién sabe si el microrrelato más corto, msiterioso y prototípico, no tuvo ese origen. No está Monterroso para contarlo, pero sí tu imaginación en este original relato.
Un abrazo y suerte, Josep Maria
En este caso podemos decir que no hay mal que por bien no venga. Esas lágrimas derivadas de la pérdida amorosa, han dibujado caprichosamente la silueta de un dinosaurio, una especie extinguida hace millones de años, pero que sin embargo en el mundo literario sigue siendo una fuente inagotable de inspiración. Muy imaginativa tu propuesta, Josep María. Un abrazo y suerte.
Me ha gustado mucho la recreación del momento en el que a Monterroso se le ocurrió su famoso micro. Buenísimo.
Nos mantienes expectantes hasta desvelar el resultado de su «vuelta a escribir». Y resultaron ser tan solo 7 palabras… Y aquí estamos todos, enganchado a «lo breve».
Muy original!
Una abraçada,
Carme.
Josep, me encanta, porque la musa está en los lugares más insospechados. Y muy bien traída la referencia al dinosaurio más famoso de la literatura.
Un abrazo y suerte.