06 FIN DE CONDENA ( Fernando García del Carrizo)
Después de tres años volveremos a vernos. No sabes lo larga que se me ha hecho la espera. Tengo unas ganas locas de abrazarte. La prisión en la que he estado encerrado ha sido mucho más dura de lo que pensaba. Los familiares y amigos, durante sus visitas, me mostraban su cariño al principio y me animaban a pasar página, cuando veían que mi aislamiento se alargaba. Solo tenía en mente reunirme contigo. Los segundos eran más lentos y tardaban más tiempo en llegar a ser minutos, que a su vez, perezosos por la monotonía se tomaban con calma lo de llegar a formar horas y éstas, aburridas, se retrasaban hasta completar el día. No más llantos, noches insomnes o soledad. Dejaré esta cárcel atrás. Ya tengo fecha. Estaré a tu lado en dos semanas. Solo imaginar el reencuentro me llena de alegría . Aunque ha sido difícil y todos se negaban, por fin encontré un doctor que tras escucharme ha aceptado ponerme la inyección.
Pensar en la liberación tras un encierro ha de ser emocionante por definición, si a ello se une reunirse con la persona amada, el sentimiento se quintuplica. Lo original de tu protagonista es que él hubiese sufrido la misma prisión fuera de la cárcel, en cualquier sitio hubiese echado de menos a su amada fallecida, con quien ansía reunirse en otra vida. Si a la muerte se le denomina el descanso eterno ha de ser por algo, si además es en compañía, mejor aún.
Un abrazo y suerte, Fernando, con este relato de giro inesperado, pero no menos coherente, con un protagonista enamorado hasta la médula.
Muchas gracias Ángel por tus sabios comentarios ( como simepre).
Saludos
Fernando, el giro final me ha dejado descolocada. Primero he pensado en un reencuentro amoroso, y después en que iba a matar a la persona «amada».
Es un micro muy duro, pero más duro es pensar qué pasa por la cabeza de una persona para llegar a tomar esa solución.
Un abrazo y suerte.
Gracias Rosalía por leer y comentar. Siempre intento dar un giro final que sorprenda. Me alegra saber que en este lo he conseguido, aunque no sea lo que uno en principio deseara o eligiera.
Saludos
Al principio me quedé descolocaba con el final, pero Rangel acertadamente indicó la solución.
Supongo que cumplís cadena perpetua y pidió la pena de muerte. En el fondo, aunque se que es un asesino, siento pena por esa sucia de motivos para seguir vivo. Supongo que será religioso.
Bien narrado para mi gusto.
Muchas gracias Rosa por leer y comentar. A pesar que dices que esta bien narrado por tu interpretación considero que no he sabido expresar correctamente lo que quería transmitir.
El protagonista ni es un asesino ni es un maltratador. Es alguien con un duelo patológico desde que perdió a su pareja. La cárcel o prisión no es física sino mental, y su desesperación por estar con su amado/a es lo que le lleva a pedir la eutanasia. Y no tiene nada que ver con la religión
Sigo aprendiendo . A ver si en el siguiente micro soy mas claro…
Nos seguimos leyendo.
Un abrazo
Metáfora perfectamente urdida para que nos creamos hasta el final que hablas de una cárcel de rejas cuando, en realidad, estás describiendo otra de la que es mucho más difícil escapar.
Muchas gracias Edita por leer y comentar. Efectivamente esa era mi intención