Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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71. El detalle

Fue colgar y empezar a sentir que levitaba. Quizás, una casa en Marbella. O en el norte. ¿Y si tenía un Porche 911?, ¿un velerito? La secretaria del notario confirmó mi nombre tres veces. Y no pedí una cuarta porque me temblaba la voz. No había duda de que yo era el heredero de ese tal Don Alfonso, un pariente lejano. Adiós al ventilador cascajoso y hola al aire acondicionado. Se acabó comprar ropa de segunda mano y yogures de saldo. Seguí dejándome abrazar por la felicidad el resto de la noche. Viajé, saboreé, descubrí… Conjugué muchos más verbos interesantes antes de caer rendido. Dormí como un cachorro.
A medida que el notario desgranaba el contenido de la herencia, los pies volvieron a su sitio, la felicidad partió sin despedirse, y la desilusión empezó a comerme a besos. Casi todos los bienes muebles e inmuebles, que no eran pocos, solo iban a servir para saldar sus deudas: préstamos, uno hipotecario y otro personal, impuestos pendientes, multas y otras obligaciones fiscales.
Sobró para comprar un ventilador nuevo, un bocadillo de calamares en la Plaza Mayor, y unas flores, pocas, que acerqué al cementerio, para agradecerle lo conjugado, y el detalle.

12 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Como suele decirse, menos da una piedra. No es lo mismo la expectativa que la realidad, la segunda es la.que se impone siempre, y casi nunca para mejor.
    Una versión renovada, inteligente, tierna y existencial del famoso cuento de la lechera.
    Un abrazo y suerte, Paloma

    1. Gracias, Ángel, los testamentos muchas veces encierran sorpresas que a veces te pueden cambiar la vida, para bien o para mal. La de este pobre infeliz va a seguir igual, pero al menos ha conocido lo bien que sientan las ilusiones cuando la realidad no viene a fastidiar el plan.

      Un abrazo.

  2. A veces hacerse tantas ilusiones da lugar a un buen batacazo pero, al menos, que le quiten lo bailao mientras soñaba, que eso es gratis. Y seguro que el bocata de calamares le supo a gloria.
    Muchas suerte y un gran abrazo, Paloma.

    1. Lo bailado, lo viajado, lo comido, lo bebido…Me temo que ha conjugado muchas ilusiones, que se lo ha pasado súper bien conduciendo, navegando, tumbándose al sol de Marbella en la coqueta terraza de su imaginada casa. Al menos, ha tendido un tiempo para que esas imaginaciones tuvieran los pies en un testamento, algo con reales posibilidades, que al final resultó no ser el pasaporte a una nueva vida.
      Muchas gracias por comentar, Ana María, fuerte abrazo.

  3. Rosa Gómez Gómez

    Tuvo la miel en los labios y se la llevaron las abejas…
    Lo malo: ahora le va a costar más acostumbrarse al ventilador, a la ropa y a los yogures. Lo bueno: no tiene que calentarse la cabeza sobre qué hacer con tanto dinero. Dicen que los ricos duermen mal preocupados por su patrimonio. El que no se conforma es porque no quiere!

    1. Paloma Hidalgo Díez

      Rosa, gracias por comentar. Ante la tesitura de que a uno le llamen porque ha heredado algo de un pariente lejano, los ojos nos hacen chiribitas, aunque luego la realidad se imponga…este pobre, encima de conformista es agradecido, y lleva flores al que le puso la miel en los labios. A ver si le sale otro pariente menos endeudado!

    1. Paloma Hidalgo Díez

      Gracias por tu comentario, Edita, me alegro de que te haya gustado leer sobre este pobre que a diferencia de la lechera, que tenía su leche, lo único que tiene es la ilusión de todo pobre por dejar de serlo, y se lía a hacer, como dicen los franceses, des chateaux en Espagne(tanto vale Marbella como el norte) en cuanto escucha la palabra herencia.

      ¡Saludos!

  4. Rosalía Guerrero

    Genial, Paloma, aunque me da pena el pobre infeliz, como yo cuando voy a mirar la primitiva, ay!
    Coincido con Edita en lo bien escrito que está. Me gusta especialmente «hola al aire acondicionado»
    Un abrazo y suerte.

  5. Paloma Hidalgo Díez

    Muchas gracias, Rosalía, por comentar con tanta amabilidad. Es un anhelo, cuando escribo, que alguien disfrute de los pequeños juegos, como los holas y adioses de este micro.
    Un abrazo.

  6. Jesús Navarro Lahera

    Pobre personaje narrador. Sus ilusiones le han durado poco, aunque al menos ha podido soñar con todas las cosas que le harían feliz gracias a esa herencia sorpresa. Muy bueno, con un cierre dulce, tierno y realista. Mucha suerte y un abrazo.

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