62. PRIMER DÍA DE COLEGIO
En el patio hay un árbol nuevo. Es como el trampantojo de la interpretación libre de un árbol. Un ejemplar que tiene un aire desconcertado y que resulta desconcertante. La directora cuando lo vio pensó que era inapropiado porque es desproporcionado, los colores no guardan ninguna coherencia y es imposible saber a qué especie corresponde. Además, dijo entornando los ojos: «¡Este árbol no estaba aquí el año pasado!».
Ante el asombro del equipo directivo el conserje señaló que el día anterior tampoco había árbol y que tanto el personal de limpieza como el de mantenimiento podían corroborarlo.
La jefa de estudios se acercó y acarició el tronco, miró a María y dijo: «es un árbol imaginado, alguno de los chavales nuevos que están en clase y que ha venido de lejos lo ha traído hoy. Seguro que el chico tuvo un ensueño, un recuerdo y aquí está».
-Si continúa podremos montar un jardín botánico –rio el secretario.
La directora muy seria no se lo pensó mucho: «Esto es una locura. Se nos va a llenar el colegio, el parque y medio pueblo si no hacemos nada. Comentadlo entre los compañeros. Mañana lo trataremos en el claustro y buscaremos una solución».
Los recuerdos que toman forma de árboles no pueden ser malos, aunque parezcan un poco desconcertados, producto de la juventud de su promotor o promotora, con una naturaleza aún en formación. A nadie se le pueden negar sus sueños.
Un relato en el que lo onírico y la realidad se dan la mano.
Un saludo y suerte, Manuel
No, los árboles no pueden ser malos. Extraños tal vez, porque encontrarse con un dibujo naif en tres dimensiones tiene que impresionar. Es lo normal. Luego, tras pensar en ello con seguridad terminará formando parte del jardín.
Muchas gracias Ángel por tu tiempo, por compartir tu comentario.
Un saludo.
Hola Manuel:
He interpretado tu relato como las diferentes visiones que tenemos ante lo diferente. Una especie nueva, que puede considerarse dañina e invasora, o positiva y enriquecedora, según quién o quiénes lo valoren.
Encantado de leerte. Enhorabuena y suerte
Pues algo que está implícito en el relato es cómo las distintas visiones ante un hecho es determinada por el roll que cada uno juega, y esto no significa una valoración positiva o negativa. La admiración, la sorpresa, la necesidad de administrar lo nuevo, la búsqueda de una explicación, el miedo a no entenderlo, la indiferencia…
Alberto, gracias por tu tiempo. Te agradezco muchísimo que compartas tu comentario.
Un saludo.
Manuel, me gusta la historia que nos cuentas, entre el realismo mágico y la crítica social. Porque yo entiendo que los adultos perdemos la imaginación que conservan los niños y niñas antes de que se la podemos.
No se si lo he interpretado bien o no, pero me gusta.
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias Rosalía. Pues fíjate que pienso que los adultos -y sobre todo los que tenemos una edad- lo que tenemos es envidia. No tanto por la juventud de los cuerpos sino por la claridad y capacidad creadora de los niños. Y es verdad que más que reconducirla, la educación termina podando ramas y ramas de ese árbol.
Te agradezco mucho el tiempo que has dedicado al relato y el que compartieras tu acertada opinión.
Un saludo.
Hola Manuel! Una historia que me ha gustado mucho, has apelado a la fantasía, a lo inesperado, pero a la vez creo que has apostado a la diversidad… a la que todos debemos valorar… La respuesta de la directora es el pensamiento de muchas personas que se cierran a lo nuevo, a lo diferente. ¡Te doy mi enhorabuena! y te dejo mis saludos.
Me hace feliz que te guste mi relato. Siempre me ha gustado pasear por esa tierra de nadie que hay en la frontera entre lo imaginado y la realidad. Y la diversidad es una necesidad incluso biológica, por eso apostar por ella es casi autoprotección.
Miry, te agradezco muchísimo tu tiempo y que compartas tu opinión.
Te envío un cordial saludo.