Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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09. Después de la tormenta. (Miry)

  Anunciaban tormenta. Eso nos causaba temor. Comenzó a soplar un viento muy fuerte. Crujía toda la casa. Mi abuela era la única que no estaba asustada.

 La tierra está seca, necesita agua, este año no habrá comida suficiente para los animales. ¿Habéis visto la laguna?

 ¿Cuál laguna abuela?

 -Allí bajando la ladera, está secándose.

 El viento era cada vez más intenso, la lluvia torrencial, los truenos ensordecedores, se escuchaba correr el agua. La abuela aseguró las ventanas y las puertas con travesaños. La naturaleza había desatado toda su furia. Los relámpagos no cesaban. Nos encerramos en los dormitorios de la planta alta.

Por la mañana vimos el desorden que había causado la tormenta;  árboles caídos, ramas por todos lados, nada estaba en su sitio.

 La abuela con impermeable y botas salió a dar un vistazo… nos llamaba agitando sus manos.

 Mi hermano y yo fuimos a su encuentro. Apenas podíamos caminar en semejante destrozo. Ella emocionada, nos abrazaba mientras  decía: ¡Mirad esta maravilla!!

Y nosotros no podíamos creer lo que veíamos; una bandada de  hermosos flamencos rosados danzaban en la laguna rebosante de agua.

Ya lo veis -dijo la abuela- del caos ha surgido la belleza. .  

 

4 Responses

  1. Rosa Gómez Gómez

    Yo que soy del sur entiendo a esa mujer alegrándose del agua caída pese a los destrozos. Aquí miramos las nubes con codicia y con el paso tiempo somos conscientes de que llueve cada vez menos. Cuando lo hace es una fiesta para casi todos, pese a los inconvenientes. Por eso tu relato me parece muy acertado en cuanto a la temática propuesta y bien narrado.

    1. Miry

      Hola Rosa!¡Muchas gracias por leer y comentar! Toda la razón, la lluvia siempre se ha considerado una bendición, y ahora lo es más. La abuela se emociona al ver la laguna con agua y el regalo de las aves que han regresado. ¡Saludos!

  2. Ángel Saiz Mora

    Hace años, la previsión de lluvias venía acompañada por la expresión: «mal tiempo». Por molestos que puedan ser los nubarrones (hasta la palabra lo anuncia), van asociados a la vida. Ahora los apreciamos más, al ser más escasos, hasta niveles preocupantes incluso. El regalo de la visión de esos flamencos corrobora la sabiduría de esta anciana.
    Un relato muy visual, con un desenlace que también lo es, acompañado de sabiduría.
    Un saludo y suerte, Miry

    1. Miry

      ¡Hola Ángel! Qué placer que te hayas detenido a leer el relato. Seguro tú no me recuerdas, yo a ti sí, es que participaba de este bonito espacio hace bastante tiempo, y me ha hecho ilusión volver. Muchas gracias por comentar. La lluvia en los tiempos que corren es motivo de alegría, siempre claro, que no cause demasiados problemas cuando lo hace con mucha fuerza. A la abuela no le importa el desorden, disfruta con la laguna y los flamencos que han regresado. ¡Saludos!

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