16. DESVÁN CON VISTAS
Los recuerdo ver siempre ahí, quietos o revoloteando, con plumaje de multitud de colores, algunos chillones y otros grises de mil tonalidades. Hay de todos los tamaños y de todas las edades. Algunos son silenciosos, también los hay cantores —son los más molestos— que hacen audiciones improvisadas a cualquier hora. Pero son libres; entran y salen cuando quieren, nunca les detengo. Mi madre dice que tanto pájaro no me deja ver la realidad, que siempre estoy soñando, como ausente… Pero sé que sin ellos sería incapaz de escribir mis poemas, qué culpa tengo yo si anidan en mi cabeza.
Tener la cabeza a pájaros, cuando se traduce en términos creativos, es algo tan caótico como maravilloso. No hay artista, en cualquier disciplina, que no experimente esta apasionante contradicción. Un relato original, simpático y cierto, con un título de lo más apropiado.
Un abrazo y suerte, Marca. ¡Campeón!
Gracias por tu comentario, Ángel, capeón!!!
Quién no ha subido en ocasiones a ese caótico desván en busca de no se sabe qué…
Todos somos una contradicción!!
Abrazooooos!!
Tú cabeza está llena de párrafos… que saben volar alto. Un abrazo y suerte.
Jajajaja, muchas gracias, Juan Manuel!!
Con un vuelo rasante ya me conformaría!! 😉
Abrazooos!!
Marca, está genial esa metáfora de los pájaros que no se desvela hasta el final. Las ideas de todo tipo que «anidan en la cabeza» forman un caos maravilloso, aunque a veces también molesto, que acaban brotando en poemas. Chulísimo.
Un abrazo y suerte.
Rosalía, muchas gracias por tu comentario!! 😉
A veces, tener pájaros en la cabeza te permite ver cosas que con la mente despejada no percibes!!
Un abrazo!!!
Giro final muy conseguido. Para crear necesitamos tener pájaros que nos eleven de rutinas y sinsabores. Desde arriba se ven las cosas de otra forma, o directamente no se ven.
Graciaaaaaas, Rosa!!!
Pues sí, a veces hay buenas vistas y otras no se ve claro…
Un saludo!!! 😉