22. Entre el toro y el caballo
Herida, sin entender a la multitud de visitantes que ven belleza donde hay muerte y destrucción, les veo disfrutar del caos en que me encuentro. Hacen fotos del dolor con sus modernas cámaras en un ir y venir constante.
Solo cuando se apagan las luces, cuando el Museo cierra sus puertas, los gritos desesperados de la madre se vuelven lamentos hasta convertirse en suaves susurros de aceptación.
Por eso escapé, buscando un poco de paz. Nadie se dio cuenta de mi ausencia, al fin y al cabo siempre estuve medio escondida.
Maltrecha volé por calles, plazas y tejados. Quise comprobar que la humanidad había cambiado.
Abatida y sin esperanza regresé a mi mundo de horror ya conocido, entre el toro y el caballo.
Pilar, lo he entendido a partir de que el Museo cierra sus puertas. En realidad es una obra magnífica, sobrecogedora cuando la ves por primera vez. El ejemplo perfecto de la belleza dentro del caos.
Es un micro impactante, pocos cuadros reflejan tan bien el horror de la guerra. Y tu paloma herida que regresa abatida no puede resultar más simbólica. Enhorabuena, me ha gustado mucho.
Un abrazo y suerte.
Gracias Rosalía. Elegí el cuadro de Picasso por el tema que nos ocupa e hice protagonista a la paloma, símbolo de la muy vapuleada PAZ.
Un abrazo
El dicho de que quien olvida el pasado está obligado a repetirlo, a caer en los mismos errores, es tan cierto como decir que el hombre tropieza dos veces en la misma piedra. Está claro que no aprendemos. Nada hay más caótico que una guerra, y pocos cuadros como el que sirve de escenario principal a tu relato aúnan desorden, desastre y, pese a todo, una belleza hipnótica, que invita a la reflexión.
Una historia original, muy bien ajustada al tema propuesto, con un desenlace que no se revela hasta el final.
Un abrazo y suerte, Pilar
Gracias Ángel por el tiempo que dedicas a leer y comentar. Eso de que «el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra» es bien cierto. Tan inteligentes para ciertas cosas y tan tontos para otras. En fin…! cada uno que ponga su granito de arena.
Este ha sido el mío.
Abrazo
Pilar, buen relato. Entiendo que hablas del cuadro del » Guernica » de Picasso, original propuesta para el tema.
Gracias Blanca por pasarte por aquí. Efectivamente se trata de ese cuadro y me alegro que se haya entendido.
Un abrazo
Acabo de mirar bien el Guernica y efectivamente ahí está la paloma, casi camuflada entre el toro y el caballo. Bello relato, una oda al horror de la guerra.
Sigo pensando que él ser humano no tiene arreglo. Es capaz de lo mejor y de lo peor.
Rosa, ya Picasso pintó a la paloma tan maltrecha que más bien parece estar muerta. Malos momentos para lo que simboliza, es verdad. Con todo no hay que perder la esperanza.
Muchas gracias por leer y comentar.
Un abrazo
Qué buen relato!
Gracias Marta por pasarte y comentar. ¡Cómo me gusta esa niña «sorprendida» de tu perfil!
Abrazo
Guau. Enhorabuena, Pilar. Gran idea dar voz a la paloma del Guernica. Un microrrelato que, dados los convulsos tiempos en que vivimos, adquiere una mayor relevancia. Me ha gustado mucho. Un abrazo y suerte.
¡Qué bien que te haya gustado Jesús! sobre todo viniendo de alguien que escribe tan bien.
Gracias por pasarte
Muy bueno. Felicitaciones.
Gracias Maria por pasarte y por tu comentario.
Saludos