32. Entre la Tierra y el Cielo
El Agua inundó toda la Tierra, haciéndola desaparecer durante tantos días con sus noches, que perdimos la noción del Tiempo.
No sabíamos hacia dónde nos dirigíamos. Solo obedecíamos las órdenes confusas de Padre, que tomó todas las decisiones en la gestión de aquella crisis. Que solo a Él le había sido anunciada.
Agotado por una posible falta de víveres, los vaivenes de la nave, el mal olor de las estancias interiores, debido al hacinamiento de humanos y animales, uno de cada especie fue su única explicación, y por el largo viaje que afectaba a su edad, de vez en cuando subía a cubierta con pasos vacilantes; buscando, quizás, vigilar la lluvia, meditar en silencio, o el por qué de aquel extraño viaje… Los tres Hermanos le observábamos, preocupados por su salud.
Un día dejó de llover. Y miramos al Cielo, aún de tormenta, de un singular color grisáceo.
Tras la agitación del Diluvio, los cuatro, en silencio, coincidimos en que era lo más hermoso que habíamos visto jamás.
Ya se sabe que tras la tormenta viene la calma. Es inimaginable un cielo más limpio y hernoso que el que surgiera después del diluvio universal. Reinterpretando lo de renovarse o morir, para vivir de nuevo a veces es necesario anegar lo antiguo, equivocado e inservible, como lastre que es.
Un relato entre «la tierra y el suelo», el espacio que corresponde a los hombres, siempre imperfectos, afanosos, defectuosos y, con algo de ese Creador que parece tener para ellos algún plan que puede que algún día comprendan.
Un abrazo y suerte, Esperanza
Y es que algunos planes salen bien y otros son inescrutables.
Ojalá tras nuestras tormentas encontráramos la calma adecuada para verlo todo más claro.
Gracias Ángel
El diluvio desde la perspectiva de un hijo de Noé. Pobre hombre, una misión complicada que salió bien según las escrituras. Aunque mirándolo con perspectiva el objetivo de mejorar la especie humana, como que quedó en el aire, no?
En una misión demasiado amplia y complicada siempre quedan flecos sin atar…
Gracias Rosa por pararte en esta historia.
Saludos
Una historia clásica desde un nuevo punto de vista, me gusta. Aunque ese «uno de cada especie», en lugar de «una pareja de cada especie» y «Los tres Hermanos» me deja con la duda de si había solo machos en el Arca, con lo cual, mal asunto…
Un abrazo y suerte.
Ups, fallo garrafal. UNA Pareja de cada especie. cierto,.
Los tres hermanos son Sem, Cam y Jafet, los hijos de Noe. Y junto con ellos: sus esposas y sus hijos, pero ni ellas tres ni los hijos tenían nombre propio.
Gracias por darte cuenta Rosalía.