CUNCA 2024 R2 E2
ANA MARÍA ABAD
Los participantes aquí señalados tendrán que publicar en el espacio reservado a los comentarios de esta entrada del blog, un relato INÉDITO de un máximo de 105 palabras (título no incluido) antes de las 20 HORAS (hora local española) del JUEVES 14 DE NOVIEMBRE cumpliendo las siguientes condiciones.
CONDICIÓN 1
El relato tiene que inspirarse en la idea «PERDIDOS EN EL CAMINO», pudiéndose interpretar de cualquier modo, pero que sea evidente en el relato.
CONDICIÓN 2
El relato tiene que incluir 3 PALABRAS extraídas de esta «sopa de letras» teniendo en cuenta que…
…las palabras elegidas deben tener tres letras como mínimo.
…cualquiera de estas tres palabras puede aparecer en el relato o en el título.
…las tres palabras no pueden tener un origen común o ser derivadas (si se usa “MANOS” no se podrá usar “MANO” )
…las tres palabras aparecerán en el relato en mayúsculas para su mejor identificación (por ejemplo, si la palabra fuera “MANO” aparecerá del siguiente modo: “… agarraba con fuerza el lápiz en la MANO derecha…”
No cumplir estas condiciones supone la descalificación.
Una vez publicado no habrá posibilidad de corregir ni reeditar.
Tras la publicación de los tres relatos se activará en esta misma entrada el enlace a un formulario para la Votación Popular que permanecerá abierto hasta el VIERNES 15 DE NOVIEMBRE a las 20 horas. Solo se admitirán los votos de los participantes en esta Cunca.
El resultado de este encuentro se hará público en una entrada general de la sección ENoTiCias.
TODO TIENE UN PRECIO
Dejé las alas en un recodo del sendero, ocultas entre los matojos al PIE de unas peñas. Libre de su invisible cautiverio, vagué feliz entre los árboles como un niño lleno de inocencia, de sueños, de esperanzas. Me deleité con el aroma del tomillo, con los colores de las ROSAS silvestres, con el dulce canto de los pájaros entre las ramas.
Al regresar, la tierra estaba removida, las rocas hechas pedazos, y en los matorrales chamuscados no había nada. Por eso sigo rodando, suplicando a los caminantes unas migajas de AMOR para reconstruir, pluma a pluma, las alas que perdí. Y poder volver a casa.
De perdidos al TRÍO
Mi amiga siempre me acusaba de no salirme nunca de mi ZONA de confort, por eso, aunque con cuarenta me parecía una idea descabellada, accedí a viajar en BlaBlaCar. Y en qué hora, porque el coche iba hasta arriba, con dos adolescentes y un conductor cincuentón que no dejó de mirarnos las piernas por el retrovisor. Estaba tan atento a nosotras que, además de varios pisotones a destiempo al PEDAL del freno, se confundió y tuvimos que pasar la noche en mitad de un bosque. Mi amiga acabó liada con el de las miraditas, y yo, por no oírla, me tiré a los dos críos.