23. Por favor, no pregunten
En la cena de la fiesta de máscaras me sentaron en un lugar políticamente incorrecto, a la diestra de Berlusconi y a la izquierda de Stalin. No me pregunten qué pintaba yo en aquella celebración, agarrotado, rodeado de mármoles suntuosos, con camareros de frac y caretas de Pierrot. Abosorto entre un enano con alzas y una sinuosa rubia portando el bigote de cepillo de Stalin, admiraba la cubertería de plata, cuando, justo al hacerme con la bandejita de los canapés —una joya de la orfebrería—, y devorar el último, la celada se me atascó, obligándome a buscar consuelo en el vino. Lo consumí a espuertas, quijotescamente, con una pajita.
Aquella noche decadente, surrealista, me sentí dentro de un cuadro de Grosz: un cura, junto a un banquero corrupto, bendecía a un tipo con un orinal en la cabeza. También había un médico. Y un bombero. El primero decía: «vuelve en sí» mientras el segundo aplicaba un soplete a mi celada.
Amanecí encerrado en un calabozo, casi desnudo y con dolor de cabeza. La prensa aseguró que bajo mi armadura había más plata que en las minas del Potosí. ¡Patrañas! ¡Hoy ya nadie soporta a los Quijotes!
La derecha de Berlusconi y la izquierda de Stalin deben de ser las posiciones políticas en las que se encuentran algunos desorientados de este país…, y al final todos llevan más plata de la que declararon. Si era una alegoría, muy conseguida.
Un saludo
JM
Olé, buen homenaje al Quijote. Y muy divertido, seguro que el jurado del mes le echa un ojo. Enhorabuena.
Un humor que me ha encantado. Ni las quijotadas ni los quijotes se aceptan ya.
Gracias Ana, siempre motivando
Gracias a todos por vuestros comentarios.
¡Ah!, Juan M., ¿y si no se tratara de una alegoría…? Ja, já ;-), Un saludo
Mikel, entretenido relato en el que he recordado algunas cenas con gente disfrazada y lo surrealista en que se convierte.
Un abrazo
Suelen ser divertidas las cenas de carnaval con personajes subrrealistas y en el caso de tu protagonista con la armadura lo tenía mas complejo todo, aunque si lo pensamos bien el aprovechar para llevarse la plata esta bien pensado el disfraz.
Me gustó mucho , está muy bien narrado y con todo lujo de detalles.
Un abrazo
Jajajaja, Mikel, me ha encaantado, es fresco, divertido, con la dosis necesaria de intriga para ir descubriendo a un personaje que vuelve a perder, pero que es normal, dónde iba sin Sancho???.
Estaba perdido desde el principio, jeje.
Me divirtió tu ocurrencia escrita.
Suerte