30. Juramentos
El rubio está tumbado en la cama. Lleva un rato abrazado a la almohada, contemplando absorto el reloj de la mesilla de noche. También piensa en la Mara. El tictac del segundero marca el compás a las gotas de lluvia, que golpetean con fuerza contra la marquesina de la ventana. El ritmo del latido de la Mara cuando me acurruco en su pecho, piensa el rubio. Anoche volvió a soñar con ella. Y, como si de un fa mayor se tratase, el rubio sostiene el embeleso en el que flota hasta que suena el despertador. Entonces, se pone en pie, estira los brazos para desentumecerse y se atusa los rizos.
Ha llegado el día, se dice.
Enfundado en su traje nuevo, coge los anillos y se dirige a casa del flaco. Nada más entrar, ve a su amigo vestido de novio, se emociona y los dos se funden en un abrazo infinito.
—Hoy me caso con la Mara —susurra el flaco—. Pero no pienses que cambiará nuestra amistad.
—Claro que no —contesta el rubio, que se jura a sí mismo no volver a pensar en ella.
Luego brindan felizmente, sin saber que la Mara hace horas que se ha fugado.
Qué bueno, Aurora, me encanta la cadencia del primer párrafo, esas imágenes tan potentes que derivan después en una historia más complicada de lo que parecía al principio, a la que asestas un mazazo mortal en la última frase. Repito: me encanta.
Un besazo.
Muchas gracias, Ana Mª, sí me imaginé a la Mara huyendo y dejando una notita «mira, ahí os quedáis, guapos» jajaja
Un abrazo grande
Final abierto que nos da que pensar: se fuga con otro hombre?, se fuga porque quiere al rubio?
El ensimismamiento del rubio en la primera parte del relato transmite su estado de melancolía. Para luego descubrir el por qué de ese estado , y la trascendencia de echarse a un lado para que su amigo sea quien se casara con su amada. Pero, oh sorpresa, al final decide ella, y si no nos lo cuentas, nos quedaremos con la duda.
Mil gracias, Rosa, ahí podemos dar rienda suelta al final como hizo la Mara. Espero leer pronto tu relato.
Abrazo fuerte
Es un final abierto, pero podría ser que ese juramento por amistad hacia el amigo que hace «el rubio» no se va cumpla. Es posible que «la Mara» tenga otros planes que le incluyan, excluyendo al amigo y rompiendo esa amistad entre hombres, aunque es posible también que ella, rompedora en todo caso, quiebre el corazón de los varones yéndose lejos y/o con otro.
Un trío amoroso en el que el cruce de sentimientos causa conflicto y puede que hasta prometa drama, con recuerdo agridulce de tiempos mejores e irrepetibles en el pensamiento de «el rubio’ cuando estaba junto a ella, algo que, de volver a darse, nunca será igual.
Un abrazo y suerte, Aurora
Bien cierto, Ángel, independientemente del desenlace, esa situación será irrepetible. Qué complicado cuando se cruzan las líneas de la amistad y el amor.
Muchas gracias, un abrazo.
¡Novia a la fuga! Ay, la Mara, que los ha dejado con un palmo de narices a los dos. Claro que, igual pueden aprovechar el evento, y casarse ellos. Un nuevo giro a la historia…jeje… Un abrazo fuerte.
Aurora, pues muy bien final con ese giro que apuntas, así todos contentos jajaja
Mil gracias por el comentario.
¡Abrazo fuerte!
Hola Aurora:
Un inicio maravilloso, poético, que deriva en un ni contigo, ni sin tí. Me da que El Flaco se queda sin Mara y sin amigo. Ambos se han juramentado para amarse lejos de él, pero antes, hay que hacer el paripé. Muy bueno y mucha suerte.
Javier, qué chula esa frase que has puesto, ni contigo ni sin ti, me ha gustado como la canción de U2 🙂
Muchas gracias por comentar, espero leer pronto el tuyo.
¡Abrazo!
Además de valorar positivamente la narración, destaco la enorme sensación de tristeza que me ha producido. Me inspiran pena y compasión los tres personajes. Un par de tres suele tener mal pronóstico.
Es verdad, triste, y mal asunto una pareja de tres. Muchas gracias por comentar, Edita.
¡Abrazo!
Aurora, me gusta mucho como enlazas las dos partes de la historia: la primera con los pensamientos y emociones de el Rubio, y la segunda, en la que nos descubres el motivo de sus cavilaciones. Y lo mejor, ese desenlace inesperado y abierto, que nos sugiere que puede haber un hombre más en la ecuación de la Mara.
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias por tu comentario, Rosalía, es verdad, buena sugerencia la que propones también. Nos leemos.
¡Abrazo!