50. CARPE DIEM (Blanca Oteiza)
El sol nos recibe un nuevo día abrazándonos con sus cálidos rayos. El azul invade la vista desde la ventana del alojamiento y no tardamos en desperezarnos. Las aguas cristalinas invitan a bañarnos. Jugando con las olas los pensamientos están muy lejos de la ciudad, de la rutina y la mañana se nos pasa entre risas. Comemos en el puerto, envueltas en ese olor a pescado fresco a la parrilla. Una copa de vino y un brindis por estos momentos irrepetibles. Las tardes suelen ser un arcoíris deambulando por callejuelas llenas de artesanía e historia. El día se despide encontrándonos junto al faro, donde los atardeceres se tiñen de naranja.
La arena fina nos acaricia los pies, el agua los agasaja con frescura y así pasamos las horas que se nos hacen minutos. Queda tan lejana la ciudad, la rutina, la estancia en el hospital. Ambas sabemos que estos días son efímeros, tanto como las nubes en el cielo, pero no hay que pensar en la lluvia. Las lágrimas ya llegarán.
Blanca, estaba pensando que en tu micro reflejas perfectamente lo que yo llamo «terapia de amigas», por eso cuando he leído las palabras «hospital», «efímeros» y «lágrimas» se me ha hecho un nudo en el estómago.
Siempre hay que aprovechar los buenos momentos, pero más aún cuando sabes que se acaban.
Un abrazo y suerte.
Muchas gracias Rosalía por tus palabras.
Muchas veces, hasta que no recibes la fecha del final, no se despierta y se aprovecha cada minuto de la vida.
A estas amigas , que bien pueden ser pareja, madre e hija … es lo que les ocurre. Si no hay tratamiento, lo mejor es salir e intentar disfrutar cada instante.
Un abrazo
Poético y triste a la vez. Suerte, Blanca, y feliz Navidad.
Gracias Manuel por tu comentario.
Felices Fiestas Navideñas para ti también.
Parece que tengamos que recibir un mazazo para darnos cienta de todas.las maravillas que tenemos.a uestro alcance y en las que apenas reparamoa. Todos los instantes son irrepetibles, no deberíamos olvidarlo. Nos ayudaría a vivir con más intensidad y a valorar lo que de verdad importa, aunque la fecha de caducidad esté cerca, o más aún por ello.
Un abrazo y.suerte, Blanca
Muchas gracias Ángel por tu comentario.
Como bien dices, a veces se nos olvida «vivir» y es cuando te dicen que tu tiempo termina, cuando quieres exprimir al máximo lo que te queda.
Un abrazo