07. Terror en el hipermercado
Siento auténtico pavor a las escaleras mecánicas desde que, de niño, mi madre me advirtiera sobre el peligro de no evitar a tiempo la fatal rendija dentada que engulle con ansia los escalones. Mi mujer e hijos se burlan tachándome de crédulo e infantil. Pero cuando los operarios de mantenimiento descubren el foso que se abre a los píes, puedo adivinar en sus rostros de espanto lo que se oculta ahí abajo.
Dios, el comienzo de un relato de terror, o una novela. ¡Da para mucho la idea!
Admiro mucho a los que escriben novelas. A mí me viene muy grande. Muchas gracias por tu comentario, Rosa.
Ay, Raúl, comparto 100% el miedo de tu narrador, desde la infancia, pero más aun desde que vi un video en internet en el que una madre entregaba a su bebé a otra persona justo antes de ser engullida por la escalera. Y después también he visto cómo se come zapatos (sin personas, menos mal!). Vamos, que salto a tierra firme un metro antes de llegar.
Un abrazo y suerte.
No conozco ese video. Pero sí otros donde el carro de compra se quedan atascado en la parte final formando un dique donde se van estrellando los clientes. Muchas gracias, Rosalía.
Un terror que puede parecer irracional, pero que queda justificado al fin con esos rostros de espanto de los operarios.
Un abrazo y suerte, Raúl
Imagino a los operarios de mantenimiento tratando de ocultar el espeluznante hallazgo a los clientes agolpados junto a la cinta de seguridad: ¡Por favor, utilicen las otras escaleras! ¡Es por su bien!