40. DISFRAZ OPRESOR
Desde que tengo recuerdos, la lámpara de araña que cuelga en el salón me ha atemorizado. Sus lágrimas penden de enormes brazos, son como las que yo siempre he reprimido; algún día deberán caer para hacerse añicos.
Y esta noche de carnaval es la idónea.
Mis padres, perfectos anfitriones, están por el jardín y mi novia, de elegante Cleopatra, no me hace caso mientras tontea con un Marco Antonio patético.
Decidido, subo al escenario y el salón enmudece. Mickey y Minnie, sorprendidos, descubren a su hijo micrófono en mano.
– Buenas noches. Espero que estén disfrutando de esta… velada. Algunos os preguntaréis de qué voy disfrazado. Pues bien… Voy, como toda mi vida, de perfecto y santo hijo varón -miro de reojo la lámpara del salón mientras una lágrima recorre mi mejilla.- Pero se acabó, hoy me quito este disfraz opresor… Queridos Mickey y Minnie, querida Cleopatra… Apreciados payasos, bucaneros, arlequines, princesas… Soy homosexual.
Ahora floto sobre pétreas estatuas, feliz, sin ceñidos ropajes ni falsos maquillajes. Liviano y descarado me dirijo hacia un apuesto marinero de agua tan dulce como su mirada y le pido que me invite a una copa en cualquier lugar donde no haya máscaras.
Enhorabuena Miguel Ángel, de momento el que más me ha gustado. Camina sobre el humor y la denuncia de las máscaras de la sociedad.
Gracias por tus palabras, Lorenzo. Me alegra mucho que te guste.
Un saludo!;)
¡¡Arriba el telón!!
Sólo le ha faltado desatar uno de los cordeles que sujetan la lámpara para dejarla caer sobre los asistentes a la fiesta.
(a lo mejor me estoy pasando de mala)
Bueno, que ha quedado perfecto. Si señor. Saludos
Jajaja… lo pensé, Virtudes. Gracias por tu comentario!
Un saludo! 😉
Muy original y bien narrado. Me voy antes de que me aplaste la araña.
Mucha suerte.
Tranquila, que eso no ocurrirá, María Jesús. Gracias por tus palabras.
Un saludo! 😉
Las caras de los invitados, tas las máscaras, debería de decir cosas que las caretas ocultaban… Es hora de que ellos mismos se muestren sin disfraz. Muy bueno
Un saludo
JM
Gracias por tu comentario, Juan. Dicen que en carnaval muchos se muestran como realmente son…
Un saludo! 😉
Que buen giro, esa máscara oprimía de verdad. Todo un ejemplo este muchacho, que sea muy feliz con su marinero.
Besos
Eso esperamos, Asun. Muchas gracias por tus palabras! 😉
Un saludo!
Bueno,bueno, me parece un momento perfecto para salir del…al escenario. No me extraña que la pobre Cleopatra tonteara con un Marco Antonio, por patético que fuera, algo se habría olido. Me gusta mucho el párrafo final. Un saludo
Gracias por tus palabras, Eva. Hay que ser valientes!!! 😉
Un saludo!
Qué hermoso desprenderse de ropajes y poder volar por encima de apariencias, disfraces y disimulos para buscar la esencia auténtica. Una idea original, actual y latente, narrada con un lenguaje muy rico. Simplemente fantástico. Un saludo.
Ángel, muchas gracias por tus palabras. Recibe un afectuoso saludo! 😉
Te llevo aguantando y leyendo desde hace milenios, criatura (que paciencia la mia, por dios!).
Pues así, sin anestesia, te digo que para mi gusto ESTO ES LO MEJOR QUE TE HE LEÍDO JAMÁS.
Una prosa limpia preñada de fragmentos que son pura poesía, y todo ello puesto al servicio de una historia conmovedora y optimista a la vez.
Grandisimo hallazgo el del juego entre su interior y la lámpara.
Hasta el momento, mi favorito del mes. Sin más.
Gracias! jajajaja Lo que pasa, Modes, es que tú quieres llevarme al huerto!!
Un saludo @Microlunatico. 😉
Muy bueno el relato Made in La Marca Amarilla. No sé por qué te visualizo a ti en el escenario hablándole al público tras tu máscara. Te desearía suerte pero no creo que la necesites. Un abrazo @Microlunatico
Gracias Tín, yo se que no me atrevería a subirme a un escenario a no ser que fuera para ser palmero de Peret. 😉
Un saludo @Microlunatico.
Muy bueno!!! La imagen del marinero de agua tan dulce como su mirada ahogan las lágrimas de cristal. ¡Qué bonito!
Gracias por tus palabras, Patrícia! Se agradecen!
Un saludo!!! 😉
Es un cuento que transpira libertad. La libertad que acaba con las máscaras. Bien escogidos los disfraces de los padres de familia feliz sin complicaciones y el del marinero, muy sugerente.
Paloma, parece fácil escribir este tipo de relatos, pero no es así! Gracias por tus palabras!! 😉
Un saludo!
Miguel Ángel, muy muy bueno. Se ha quitado la máscara y seguro que la lámpara ya no le atemoriza. Contagias el respiro y el descanso del protagonista al soltar lastre. Abrazos.
Salvador, seguro que ya no hay temor! Gracias por tus palabras!!! 😉
Un saludo!
La dificultad que crea la educación represiva hace estragos y un acto de valentía así es importante.
Totalmente de acuerdo, Andrea! Gracias por tu comentario. 😉
Un saludo!
El difraz que oprime tanto que ahoga. Que pena que la sociedad obligue tanto. Cuánt ahipocresia nos rode.
Me ha gustado tu relato. Enhorabuena y suerte.
Besicos muchos.
Muchas hipocresía, Nani, mucha! Gracias por tus palabras!! 😉
Un saludo!
Más vale tarde que nunca y eligió el momento, quizás se deberían todos quitar las máscaras y aceptar la realidad.
Por fin se liberó de esa carga emocional. Afortunadamente hoy corren otros tiempos.
Me ha gustado mucho.
Un saludo
Afortunadamente, María Elena. El relato original lo escribí en 2006. jajajaja han pasado unos años!
Un saludo! 😉
Miguel Ángel, las grandes cenas familiares, en este caso fiesta, ofrecen la oportunidad de contar secretos. Tu relato me parece lleno de imagenes y ritmo. Suerte y saludos
Gracias por tus palabras, calamanda, animan a seguir.
Un saludo! 😉
Gracias, Ana! La verdad es que era un relato mucho más largo y me costó condensarlo.
Un saludo! 😉
Un escenario perfecto para romper con las apariencias y ser uno mismo. Un texto muy cuidado, con un mensaje crítico y valiente. Genial, Miguel Ángel. Suerte y saludos
Gracias por tu comentario, Juana. Sí, hay que intentar ser uno mismo, siempre!!
Recibe un saludo! 😉
Juan, pensé en Gaultier cuando escribía lo del marinero jajajaja Gracias por tus palabras!
Un saludo! 😉
De a poquito avanzamos y vamos siendo más tolerante. Muy bien que el protagonista del relato pudo aplacar su infierno interior en el que torturaba a su verdadera identidad. Buen relato, bien contado, suerte.
Saludos.
Gracias por tus palabras, Beto! Recibe un cordial saludo!! 😉
Bonita manera de salir del armario, de acabar con las mascaras. Me gusto mucho .
un beso
Gracias por tus palabras, Esther. Recibe un afectuoso saludo!! 😉
Momento perfecto para quitarse la máscara. Muy bueno. Un saludo
Sí, perfecto! Gracias por tu comentario, Concha!!! 😉
Un saludo!
Te ha quedado nikelado, amigo. Y coincido con Modes. Te deseo mucha suerte a fin de mes.
Abracísimos microlunáticos.
Barlon, amigo!!! Gracias por tus palabras, nunca caen en saco roto!! Tus @Microlunaticos deseos se harán realidad? 😉
Un saludo!
Buen relato y bien escrito.
abrazos.
Gracias por tu comentario, María!!!
Un saludo! 😉
Miguel Ángel, menudo espectáculo, me hubiera gustado estar allí, aunque lo has descrito muy bien.
Un abrazo
Gracias por tus palabras, epifisis. Todos, en cierta manera, estábamos allí, a través del relato! jejeje
Un saludo! 😉