Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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67. A medio camino de ti.

Siento como si una escalera infinita nos separara. Tú, arriba, en la cima, mientras que yo, desde abajo, vivo en una lucha constante por alcanzarte.

Miro con nostalgia el lugar que hace poco ocupábamos juntas. Te recuerdo de mi mano, subiendo cada peldaño, siempre delante, protegiéndote con mi escudo para que nada ni nadie te hiciera daño.

Pero creciste, y con cada paso, la distancia entre nosotras se hizo mayor. Portazo a portazo cerraste las puertas que yo dejaba abiertas, y aprendí, con dolor, a observarte desde la distancia, esperando los momentos en los que crees necesitarme. Entonces corro a los peldaños intermedios, donde solo las treguas son posibles.

Con solo mirarte a los ojos, veo la llamada de socorro que tu boca, ahora en un rictus de enfado constante, se niega a gritar. Te abrazo por la espalda, sin invadir, sin exigir. Siento tu cuerpo frágil, efímero, como el de un pajarito a punto de alzar el vuelo.

Solo deseo que vueles sin miedo y descubras que la felicidad es posible. Y, cuando mires atrás, quiero que recuerdes algo: yo siempre estaré aquí, con las manos abiertas, lista para sostenerte si alguna vez necesitas volver.

3 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Hay afectos que pueden sufrir crisis cuando una de las partes necesita un cambio. Sabemos que nada es para siempre, pero también que cuando los sentimientos son auténticos donde hubo algo queda y, aunque una relación cambie, siempre se puede retomar, con el reto de comenzar algo conocido, pero también nuevo. Tu protagonista no pierde la esperanza. Es probable que la otra parte acabe por darse cuenta de la suerte que tiene y termine por corresponder y equilibrar esa balanza.
    Un abrazo y suerte, Nuria.

  2. Rosalía Guerrero

    Ay, Nuria, qué bonita historia sobre la maternidad y el difícil paso de los hijos e hijas a la edad adulta. Les llevamos de la mano hasta que empiezan a volar, pero no siempre les resulta fácil alzar el vuelo. Pero ahí estaremos siempre por si nos necesitan
    Como madre de dos pre-adultos que soy, tu micro ha hecho diana en mí.
    Un abrazo y suerte.

  3. Totalmente de acuerdo con Rosalía, tanto en lo difícil del trago como en la excelencia del relato. Me he visto reflejada en cada línea, en cada palabra, en cada sentimiento. Y la lágrima final obstruyendo mi garganta da fé de que has conseguido tu objetivo, si era emocionar al lector. Impresionante, Nuria.
    Un abrazo y suerte en esa escalera, en la que no estás sola.

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