68. Opciones no contempladas
Trepar por la escalera de incendios exterior del edificio hasta el alféizar de la ventana tan rápido como si pudiese invertir el espacio-tiempo un par de segundos. Pararme a reflexionar aunque solo sea otro par de segundos. Secarme las lágrimas. No girar la cabeza hacia el interior para evitar ver una casa donde tú ya no estás. Dejar de suspirar. Bajar del alféizar y cerrar la ventana.
O haber aprendido a volar.
Tu protagonista vive en el límite, tiene un pie en un mundo terrenal que se le ha vuelto infernal por una ausencia, ybotro en dejarlo. Todo puede pasar, aunque algunasnñ opciones parecen más viables, la de escapar volando de esa congoja parece que no.
Un planteamiento muy original, Rafa, el de una mente perturbada en sus sentimientos que, sin embargo, parece actuar según un método más o menos lógico.
Un abrazo y suerte, Rafa
Rafa, entiendo que tu protagonista se arrepiente de su propio suicidio dos segundos tarde, lamente las opciones que no contempló, pues aprender a volar queda descartado. O no, que para eso esto es ficción.
Un abrazo y suerte.
Quiero interpretar que el final podría ser una opción de liberación de su dolor por la ausencia de la otra persona. Un “aprender a volar” para vivir otra vida, más que su propio suicidio. No se, me resulta ambiguo.
Parece que no nos ponemos de acuerdo. Yo creo que el protagonista lamenta una ausencia y debe aprender a convivir con ella, puesto que la opción alternativa, aprender a volar, no es posible.
Eso es lo bueno de los textos ambiguos, que cada uno lo interpreta según le sopla el viento en el oído.
Un abrazo, Rafa, y ya nos dirás quién acertó.