Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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45. Desde el extranjero

Estoy bien, no te preocupes, la gente aquí es muy amable.

¿Cómo es tu habitación?

Hay una cama enorme y la luz entra por la tarde responde desde la penumbra contemplando el minúsculo cuchitril en el que, él y seis jornaleros más, duermen sobre unos mugrientos colchones.

¿Ya comes bien?

Sabes que aquí en Francia se come de maravilla. Cada noche nos invitan a una botella de vino que le da mil vueltas a un Rioja contesta mientras intenta sacar una mosca que flota en el interior de su taza llena de un oscuro líquido apestoso.

¿Y cómo es el trabajo, amor mío?

Llevo solo diez días. Todavía no me han dado grandes responsabilidades, pero me han dicho que pronto voy a integrar el equipo comercial y se tumba, agotado, con la espalda molida de recoger uvas.

¿Y si voy con los niños? ¿Crees que podré encontrar yo también trabajo?

Aún es pronto, cielo. Además, no hablas francés. Saber idiomas es muy importante. Mírame a mí.

Y si los niños se quedaran con…

Cariño, tengo que dejarte que me reclama el jefe. La próxima semana te vuelvo a llamar, te lo prometo. Un beso muy fuerte, os quiero.

6 Responses

    1. Liliana Puigdefabregas

      A veces una mentira para ocultar la verdad ayuda a confortar a los seres queridos cuando uno está lejos y la situación no es como uno se lo esperaba. Seguro que si le llega a contar a su mujer cómo es su vida en realidad, ella le pide que vuelva enseguida. Gracias, Edita, por leer y comentar.

  1. Rosa Gómez Gomez

    Cuantos españoles desperdigados por Europa para traer dinero a casa. Mis padres fueron a Francia, recuerdo que se jactaban de que sólo fueron una vez, algo que muchos no se lo pudieron permitir. Ganaban más, pero a un alto precio. No sólo por la dureza del trabajo, sino porque demandan a sus hijos, las mayorías pequeños, al cuidado de los abuelos.
    Un homenaje triste, pero acertado, a todos ellos.

    1. Ángel Saiz Mora

      Mentir para no preocupar. Hasta las palabras de.tu.protagonista les alcanza el sacrificio de unas condiciones ínfimas, con las que ha de lidiar por pura supervivencia. Ahora son otros los que vienen a este país nuestro, jugándose la vida, además.
      Un relato que es pura mentira y una enorme verdad que sacude la conciencia, la del pasado y la del presente.
      Un saludo y suerte, Liliana

      1. Liliana Puigdefabregas

        Tienes toda la razón, es una enorme verdad. A pesar de que ahora no se nos trate tan mal en el país vecino, pero no podemos decir lo mismo de cómo lo hacemos nosotros con los que vienen para recoger la fruta en los invernaderos. Y seguramente, ellos mienten a sus familias con el mismo objetivo que mi protagonista. Lo que tú dices, es una sacudida de conciencia del pasado y del presente. Un saludo, Ángel, y gracias por comentar.

    2. Liliana Puigdefabregas

      Si miramos a nuestras familias, seguro que a más de uno, en algún momento les habrá tocado viajar para buscar una vida mejor, o a otra región, otro país u otro continente. Lo que suele pasar es que las circunstancias no son como las que nos imaginábamos y casi siempre, damos una versión propia de la realidad para evitar que se preocupen nuestros seres queridos. Gracias, Rosa, por leer y comentar.

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