82. Citas (Miguel Ángel Moreno)
Todo surgió con los efluvios de una copa de vino después de un emotivo brindis por el reencuentro. Ella le habló de sus sueños cumplidos desde que sus vidas se separaran. Él, a su vez, le contó sus deseos de recorrer el mundo a los mandos de un bimotor.
Quedaron en volver a verse y tardaron diez años en concretar otra cita. Cuando lo hicieron, en los cabellos de él asomaban canas junto al teñido y en los ojos de ella había un soplo de nostalgia. Un ligero soplo.
Se sentaron uno frente al otro y pidieron una copa de vino. Intentaron repetir el brindis de diez años antes, pero ninguno lo recordó en su literalidad. Él le dijo que había escrito un libro con sus viajes en el bimotor, pendiente de una segunda edición. Ella le confesó que tenía un hijo superdotado de un multimillonario ya fallecido. Sus miradas destilaban fantasía.
Se despidieron con un beso en los labios. Breve, suave, desapasionado.
Quedaron en volver a verse.
Me da a mí que no van a verse más, aunque quizá no les vendría mal, podría ser una buena manera de desfogar sus fantasías.
Muy bonito, Miguel Ángel, y el final muy redondo.
Uno de esos raros micros en el que nadie muere ni hay un final apoteósico. Todo un modelo de sugerencia que demuestra que se pueden explorar otras formas. Un saludo y suerte.
En ningún momento se dice que lo que estos dos personajes cuentan no sea cierto, pero todo apunta a que no lo es, pero necesitan camuflar sus frustraciones a la vista del otro. Con todo, posiblemente, aunque, por supuesto, tampoco se dice, la mentira más grande entre ellos sea ese beso de despedida «breve, suave, desapasionado», que bien querrían fuesmra, abiertamente, todo lo contrario.
Un saludo y suerte, Miguel Ángel
Una cita cada diez años para contar mentiras no hace daño. Lo difícil es mantener las mismas de una vez para otra cuando la memoria empieza a echar canas… Buen relato.
La siguiente cita será “en el cielo”, si es que hay. No parece que estos dos vayan a formar pareja, muchas excusas veo yo, y mientras, la vida pasando.
Bueno, estamos expuestos a todo tipo de oportunidades, las que atrapamos y las que dejamos ir o se nos escapan. Estos son de las segundas.
También da que pensar.