79. REGALO APROPIADO (Blanca Oteiza)
Otra vez igual, absorto entre las páginas de las novelas, llega tarde a esas clases en la piscina que tanto le disgustan y que su madre le obliga a acudir. No se explica la importancia de saber nadar en mitad de tanto campo.
Coge la bicicleta y pedalea lo más rápido que sus piernas le permiten. En el camino, donde las últimas casas desaparecen, se topa con un ejército preparado para la lucha. Recortados en el horizonte los gigantes agitan los brazos provocando al grupo que corta su paso. Primero mero observador les da ánimos a los soldados que van a defender su aldea, pero decide dar un paso al frente y montado en su caballeriza sale derrapando ladera arriba. Se ve el salvador, quien derrote a los gigantes. Así su fama correrá por toda la comarca y esa dulce niña que se sienta a su lado en la escuela caerá prendada de su valentía.
Las aspas de los molinos y los pisotones de las ovejas hacen el resto. Su cuerpo magullado descansa en la cama con la mirada fija de su madre entre disgustada y apenada, que decide regalarle “Don Quijote de la Mancha” para entretener su convalecencia.
Podría ser discutible que a un emulador natural de don Quijote le regalen la novela del ingenioso hidalgo, porque podría ponerse luego a atacar rebaños de ovejas creyendo que es un ejército, algo tan peligroso como facilitar fuego a un pirómano. Sin embargo, bien mirado, sería más bien al contrario, porque es lo que le pide la naturaleza a tu personaje, lo que necesita, como también lo que necesita el mundo, escaso de generosos y esforzados caballeros andantes.
Un abrazo y suerte, Blanca
Ja ja ja. A mí lo que primero me ha venido a la cabeza al llegar al final ha sido que es peor el remedio que la enfermedad. Me quedan ganas de leer el siguiente capítulo.
Jajaja Edita, como le he dicho a Ángel, a veces no se sabe si es bueno o malo ese tipo de regalos.
Un abrazo y gracias por comentar.
Muchas gracias Ángel por tu comentario.
Cómo bien dices, no sabemos hasta que punto puede ser bueno o malo ese regalo.
Un abrazo