20. A grandes males… (Juan Manuel Pérez Torres)
Tantas parejitas en época de celo podían liarla parda, aunque Noé lo tenía todo previsto: se montó un almacén donde guardaba los penes de todos los machos y a cada uno le dio una tarjeta resguardo. Como calculaba un diluvio de cuarenta días, autorizaría un vis a vis, cada cuatro días, a cada pareja. Así, todos contentos y todo controlado.
Pero comenzó a llover y, allí encerrados, sin poder salir al campo, ni subirse a los árboles, ni nada, en fin, que durante las primeras dos semanas ya se notaba cierto nerviosismo, especialmente, entre los mamíferos. Y se lio, se lio.
Luego se supo que fueron las hembras las que convencieron a sus parejas para que empezaran a intercambiarse sus tarjetas.
Una de los motivadores del mundo es lo que subyace en tu relato, desde el principio de los tiempos y en todas las especies. El instinto necesario para que la espevie se multiplique no es algo sencillo de soslayar, menos en un espacio cerrado, sin otras distracciones. 40 días con sus noches es mucho tiempo.
Un abrazo y suerte, Juan Manuel
Gracias, Ángel. Hay que distraerse ¿verdad? Y lo hacemos escribiendo ocurrencias, pero, a veces, es la misma vida la propia ocurrencia. Muchas suerte. Abrazo.
Ja, ja, ja… me ha resultado gracioso el relato.
Que drástico tu Noe! y al final para terminar como siempre: las revoltosas, las mujeres.
Divertido, ligero y muy animal.
P.D: como escribo desde el móvil no hay manera de encontrar là exclamación inicial. Y de los acentos ni te cuento…
Saludos
Gracias, Pilar, me alegro de que te rías un poco con esto. Estás ocurrencias tratan de mejorar el día a día. El humor da vida. Abrazooo.
Pues yo quiero saber cómo sigue y si, entre tanto lío, acaban surgiendo nuevas especies.
Me quedo por aquí para leerte por si hay segunda parte.
Un abrazo y suerte.
Gracias, Rosalía. ¿Quizá el oso hormiguero salió de eso? Ja, ja, ja.
Un abrazo.
Un lío de penes de cuidado. Los mamíferos y mamíferas siempre liándola. Mientras, las chinches ahí dándole sin que se supiese… Saludos y suerte.
Gracias, Antonio.
Nada que ver tanto alboroto con la picazón de las chinches de las camas, ja, ja, ja. Abrazooo.
Jajaja. Oye, Juan Manuel, eso de dar un resguardo por pene, como en los guardarropías de las discotecas, es una idea brutal. ¿Cómo se te habrá pasado esto por la cabeza? Me parto. ¿Y qué saldrá de aquí? ¿Una nueva evolución de las especies? Mucha suerte y un abrazo.
Gracias, Aurora, por esa risa y ese comentario jocoso, me alegra que te guste está ocurrencia.
Puede ser que el perro lobo o el oso hormiguero tengan algo que decir ¿quién sabe? En la fiesta final hubo fuegos artificiales promovidos por el tigre de bengala… creo.
Muchas suerte con el tuyo. Un abrazote.