32. ¿QUEDA ALGUIEN CON VIDA?
Quito la llave del contacto y los cinco que formamos el equipo médico bajamos del vehículo. Gritamos palabras sin eco que desfallecen nada más pronunciarse. Pero volvemos a gritarlas: ¿Alguien puede oírnos?
Las cordilleras de escombros por las que trepamos no distinguen hospitales de escuelas, funerarias de guarderías. Si hubo parques o jardínes, avenidas o callejones, nunca lo sabremos. Me vuelvo a preguntar en qué clase de animales nos hemos convertido. Pero no, ellos no son capaces de esto. No se autodestruyen como nosotros.
Gritamos y volvemos a gritar: ¿Alguien vivo? Y, entonces, ocurre. Un instante. Un sonido. Nuestros corazones que se encojen. ¿Es posible que haya supervivientes en esta devastación? Y se hace real, despacio, ante nosotros y el silencio. Mantiene las distancias. Huesos y piel. Desconfía. Se aleja para volver a acercarse. Cómo confíar en la peor criatura a la que se puede enfrentar un ser vivo.
Ahora podemos verle. Ojos secos, hambrientos. Ojos vivos. Él, que en otro tiempo debió ser un perro, nos mira sin saber bien qué decir.
(Basado en el testimonio de Stephan Dujarric, Naciones Unidas, en Gaza: «Cuando finalmente se autorizó la misión ayer, no se encontró a nadie con vida”).
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Impresionante, María.
La tensión narrativa in crescendo y el final magnífico.
Fotografía de Gaza ante la que occidente mira para otro lado.
Enhorabuena y suerte
Muchísimas gracias, me alegro mucho de que te guste. Aunque, sin duda,la realidad supera con creces la ficción. Un abrazo.
Tan triste como cierto y actusl. Un pobre perro que ha salvado la vida de milagro y wie no entiende nada, samvo, quizá, que no somos animales fiables.
Un abrazo y suerte, María
(Disculpa las erratas, María, es lo que tiene escribir con el móvil)
Otro abrazo
Nada, que disculpar, faltaría más. Miles de gracias por tus palabras y un abrazo muy fuerte.
Después de este genocidio solo podemos preguntarnos quiénes son los animales. Dan ganas de llorar.
Un abrazo y suerte.
Totalmente de acuerdo. Los animales tienen mejores comportamientos que los seres humanos. Un abrazo.
Te iba a decir que me encanta el género apocalíptico, pero tengo la sensación de que es más un relato de actualidad. Magnífica narración e importante reflexión la que haces.
Muchas gracias, Sara. Supongo que podemos decir que es de la apocalíptica realidad.
Gracias por tus palabras. Un abrazo.
Es el objetivo del estado de Israel: no dejar Nadir con vida.
Una vergüenza presente.
Bien contado!