47. Juegos florales
El pez de plata empieza a devorar las páginas del poemario dedicado de Rubén Darío. Tampoco ha podido contenerse el pez de bronce, que hace lo propio con el exquisito opúsculo de Lope. En lo más alto del podio, el pez de oro espera con ansia recibir las obras completas, también dedicadas, de Octavio Paz.
Los pececillos de plata son insectos que comen papel, muy difíciles de erradicar (lo digo por experiencia). Es posible imaginarlos devorando obras literarias clásicas y jugar con las tres categorías de medallas deportivas, tanto más meritoria cuanto más extensa es la obra devorada. Es posible imaginarlo, pero solo si se tiene una fértil imaginación, como es tu caso.
Un abrazo y suerte, David