49. LA RELATIVIDAD DE LA TEORÍA (Rafa Olivares)
Reunidos en el ágora, Zenón explicó que, en teoría, Aquiles, el guerrero más veloz de la época, nunca podría vencer a una tortuga a la distancia de un estadio; a condición de que se le diera a esta un palmo de ventaja y se supusiera que no se detendría en ningún momento. Sobre arcilla fresca y punzón en ristre, evidenció con gráficos que cuando Aquiles alcanzara el punto de arranque del quenólido, este ya habría avanzado algo y, cuando recorriera ese algo, la tortuga ya estaría más adelante, y así hasta el infinito.
Ireneos, filósofo de la corriente escéptica, de cuál si no, retó a la demostración práctica, y cuantas veces enfrentaron a un hastiado Aquiles con la tortuga, el humano rebasaba al animal con humillante suficiencia poniendo en ridículo la teoría del estoico.
Ahí quedó el debate entre Ireneos y Zenón hasta que, varios siglos después, un tal Albert, mirando a su tortuga mascota, lo resolvió con una ecuación bien simple: e=mc²; donde e es la longitud en metros del estadio, m el grado de mosqueo del corredor y c² (o cc) la curvatura del caparazón de la tortuga (por la cosa aerodinámica, aún por definir).
Que Einstein era un genio se nos ha dicho siempre, algo que los profanos en su célebre teoría hemos dado por bueno sin conocimiento para evaluarlo. Gracias a tu relato, que une sabiduría antigua y moderna con discusión filosófica, hemos entendido el proceso lógico de una ecuación, hasta ahora, bastante incomprensible, que además resulta divertida.
Un relato original trabajado y, lo dicho, divertido.
Un abrazo y suerte, Rafa
Rafa, está genial cómo lo cuentas, nos metes dentro de la historia echando mano de la filosofía, que no es nada fácil. Y el cierre es divertido, ingenioso y sorprendente. Un buen salto temporal.
Un abrazo y suerte.