75. Su secreto (Patricia Collazo)
Aun sabiendo lo que ella hará, los peces de largas aletas coloridas no dejan de mirar hacia arriba cuando la niña se acerca a la pecera. Y la niña lo hace con frecuencia solo por verlos padecer. Esperar el alimento que mantendrá cogido entre sus dedos justo sobre la superficie del agua durante un tiempo esperanzador y angustioso a la vez para los animalillos hambrientos. Luego ella esbozará su sonrisa triunfal antes de llevárselo a la boca y saborearlo con fruición.
Que se deleita con la comida de los peces es su secreto. Como el motivo por el cual su padre se los regaló.
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Vaya niña cruel, sin necesidad de ello. Y vaya final que deja pensando. Podría ser que, más que un regalo, esa pecera sea el precio para comprar el silencio de una infidelidad paterna que la niña conoce. Puede que la pequeña pertenezca a la especie de las sirenas, bastante crueles también por naturaleza.
Breve, intenso, inquietante y diferente.
Un abrazo y suerte, Patricia
¡ Muy bueno! Nos dejas imaginando la motivación del padre… De tal palo, tal astilla. Con esa astillita…
Cuánta crueldad la de esa niña, no me gustaría cruzarme con ella… ni tampoco con su padre, se me ocurren cosas terribles.
Genial, Patricia, nos dejas con el ay en la boca.
Un abrazo y suerte.
Me suscribo a los comentarios de mis compañeros. Un relato con crescendo que al final deja mal sabor en los labios( aunque se veía venir): de un padre y de una niña que como poco, son dos salvajes.
La incógnita, ¡da coraje! Pero es lo que toca, ¡a imaginar!
Muy bien narrado.
Vaya niña más retorcida y cruel! A saber cómo será de mayor, qué miedo.
Y el secreto del padre, bueno, ahí hay una buena incógnita!
Un abrazo,
Carme.