78. OTRAS VIDAS
Me quedo embobada observándolo. ¡Cuánto ha cambiado! Y, sin embargo, puedo reconocer gestos y detalles de cuando era pequeño, como la cara de enfurruñado que tiene en este momento. Creo que nunca le dije que me gustaba esa ceja fruncida, me recuerda a la que ponía mi padre. ¿Se heredan las expresiones de nuestros antepasados?
Me considero afortunada pudiendo seguirle de cerca estos días después de tanto tiempo sin contacto con él. En mi estado actual muchas veces estoy a merced de otros y no siempre consigo vivir donde me apetecería.
Fíjate, qué gran pareja hace con su novia. Es muy buena chica y se nota que lo quiere de verdad. Y bien cariñosa, la muchacha. Acerté en mi pronóstico: continúan juntos tras todos estos años. Ahora llegan sus amigos del instituto. Me acuerdo de ese miope, tan lleno de miedos entonces. Me mira mal… Está claro que si deseo seguir viendo a mi hijo deberé elegir mejor el animal en mi próxima reencarnación, y ya llevo tres, porque el de gafas viene hacia mí con el insecticida en la mano.
Pensar o creer que tras esta vida, que sabemos efímera, habrá otra, u otras, es esperanzador, aunque sea con la forma de un insecto, pues lo contrario es la nada. Si además permite seguirle la pista a los seres queridos, tanto mejor.
Un abrazo y suerte, Carme
Vete a saber si existe esta u otra posibilidad! En cualquier caso, a la madre del relato le ha servido.
Un abrazo de vuelta, Ángel, y gracias por tu constante comentar.
Carme.
Jajaja! Está bien, eso de poder elegir la reencarnación, yo creía que tenías que cargar con la que te tocaba en suerte. Espero que esta buena mujer ponga más cuidado en la próxima.
Besos, Carme.
Bueno, quizá no es fácil elegir tampoco, pues luego un humano puede modificar tu «vida prevista» (por ejemplo si se lleva a otra ciudad a un gatito del parque de al lado del hijo).
Se tratará de ir buscando con qué animal puede seguirle la pista.
Un beso, Ana, y muchas gracias por comentar.
Carme.
Jajajaja. Comencé a leerlo pensando cuándo iba a salir el animal en el relato y me ha pillado totalmente por sorpresa. Muy bueno. Solo espero que la próxima reencarnación le dure un poco más. Aunque lo de variar tan a menudo tampoco está nada mal; no le da tiempo a aburrirse de quien es.
Un abrazo, Carme.
Me alegro si te ha gustado el giro de la historia. A ver qué nuevo animal elige, ya que parece que así puede hacerlo!
Otro abrazo para ti, y muchas gracias por tu comentario.
Carme.
Si pudiera elegir, de todas las posibles opciones que nos ofrecen las religiones elegiría reencarnarme. A ser posible, con mejor tino que tu protagonista!
Muy divertido ese final.
Un abrazo y suerte.
Pues la mujer ya va por tres animales distintos, y no siempre la nueva vida transcurre como ella espera! Me alegro de que te parezca divertido. Gracias por comentar!
Besets!
Carme.
Luego podría ser una mosca, o un mosquito. El caso es que se la van a cargar. Qué trajín, creo que la reencarnación está sobrevalorada.
Bueno… quizá la madre piensa que vale la pena esa mini-vida por haber podido ver a su hijo y qué tal le va.
Muchas gracias, Rosa, por pararte a dejar tu comentario.
Un abrazo,
Carme.