33. Las fobias de Sheila
Mi nueva amiga en el colegio es la más guapa de la clase. Nos sentamos al lado porque la hago reír, aunque sé que no me entiende. Se llama Sheila, tiene los ojos azules como el mar y la piel de chocolate blanco. Después de unos meses, no logro comprender algunas de sus reacciones. Por ejemplo, cuando suena el timbre para salir al recreo, se oculta la cabeza con los brazos. La invité a mi casa para que me ayudara a soplar las diez velas de mi pastel y, en cuanto mis amigos empezaron a tirar petardos, corrió al interior, aterrorizada. La encontré debajo de la mesa, encogida, con la mirada fija en el suelo y las manos pegadas a los oídos. No se atreve a subir a un autobús o a un coche. Solo va a pie o en bicicleta. Tiembla como la hoja de un árbol cuando se queda sola. Hoy, antes de las vacaciones de Navidad, me ha regalado un dibujo suyo. Hay una niña que se parece a ella, pero está llorando; un avión suelta bombas desde un cielo gris; un niño, un hombre y una mujer están tumbados en el suelo, con los ojos cerrados.
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Son fobias porque son miedos desproporcionados hacia objetos o situaciones que no representan un riesgo real. Pero totalmente lógicas porque si que lo han representado de manera atroz anteriormente. Muy bien plasmada la situación, con delicadeza, dejando solo pistas ligeras hasta llegar a la última que es definitiva.
Son comprensibles todas las fobias de esta muchacha. Traumas infantiles y profundos no han de ser fáciles de superar. Con los años irá relajándose, posiblemente, pero nunca podrá borrarlos completamente de su pensamiento. En parte no estaría mal que todos tuviéramos algo de esos miedos, para que.no volvieran a repetirse tales atrocidades en ninguna parte.
Un abrazo y suerte, Liliana
Tu relato Liliana nos va llevando de la mano de Sheila haciéndonos creer que lo que tiene son fobias y miedos. Y de repente visualizamos bombas cayendo y nos damos cuenta de que lo que sufre Sheila es estrés postraumático .
Muy bueno y tristemente real.
Un saludo