37. ELOGIO DE LA SOMBRA
Lo que recuerdo del día son los colores que el sol despertaba en las cosas. A veces lo añoro, ahora que vivo en la sombra. Para mí, la luz dejó de ser benefactora para convertirse en enemiga. Por el contrario, cuánta paz me depara la noche. Bajo la luna, las formas de la naturaleza apenas se dibujan con tenues matices de negrura. Sin embargo, en las ciudades han dejado de existir las tinieblas, heridas de muerte por lámparas y neones. Qué diferente la leve iluminación de las farolas en los pueblos pequeños. La atmósfera se hace densa como una capa de tejido leve, un manto que protege e invita a la ensoñación. Es en esas horas cuando recorro los caminos y las calles en un tiempo que se ha paralizado. A veces, acudo a los lugares de fiesta que el verano prolonga hasta la madrugada. Busco vitalidad en esos cuerpos ebrios de juventud, ignorantes del ocaso. Su plenitud es paliativo de mi decadencia. Después disfruto del silencio y la calma hasta que amanece. Entonces regreso al lugar donde me oculto, abro el ataúd y sueño con una astilla en mi corazón.
Vaya, vaya , veo que no solo de hombres lobo se alimenta esta convocatoria, también de vampiros Jajajajaja.
Me ha encantado ese final que podría ser en sí mismo un microrrelato.
Un saludo.
Es lo bueno de los cuentos, los humanos y los seres fantásticos podemos compartir fobias. Una casualidad que hombres lobo y vampiros vayan de la mano je,je. Gracias, Gema
El miedo a la luz de tu protagonista, como a los ajos, crucifijos y espejos (según nos ha mostrado el cine), estan justificados en su caso, porqie pueden destruirlo, o como poco, deteriorarlo gravemente.
Un abrazo y suerte, Paloma
Pues sí, Ángel, en este caso está muy justificado. Muchas gracias por estar siempre ahí.
Qué maravilla, Paloma! Me ha encantado!!
Me encanta que te encante, Susana. Muchas gracias.
Qué bonito narrado. Qué belleza. Felicidades, Paloma.
Jo, me siento abrumada. Muchas gracias, María
Has conseguido enredarnos en un ambiente romántico, nostálgico, oscuro, envolvente… como esas tinieblas de las que disfruta tu protagonista. Hasta el final, que nos despeja la vista. Muy bien.