58. EL ENTOMÓLOGO (Rosalía Guerrero Jordán)
Todavía no entiendo el motivo de que Silvia no haya vuelto a hablarme después de nuestra primera cita. Al principio pareció sentirse cómoda, incluso me confesó que padecía fobia a los insectos. Pero en cuanto le dije, casualidades de la vida, cuál era mi profesión, su actitud cambió. Por ello, evité alardear de los conocimientos que atesoro, cual diligente hormiguita, sobre el tema.
A final de la cena la noté más nerviosa que un saltamontes en primavera, lo que achaqué a la tensión sexual no resuelta entre nosotros. Pero al llevarla a su casa no me invitó a entrar a su colmena.
He intentado volver a quedar, pero me temo que últimamente bebe los vientos por Felipe, musculosa abeja reina con cerebro de mosquito. Hoy los he visto juntos, él tejiendo una tela de araña en la que atrapar a mi linda mariposa, ella mirándome como una avispa altanera. Al verme, ese piojoso me ha tratado con desdén, y ha agitado su mano como quien espanta una mosca.
Ojalá mi delicada libélula acabe pronto convertida en una mantis religiosa.


Muy divertida Rosalía esta visión de fobia a especialistas de insectos. Tiene un nombre? Un abrazo y suerte?
Perdón Rosalía, escribí el mensaje con mi móvil y me confundí de signo. Un abrazo y suerte! 🙂
Lo entendí!
Pues la pobre muchacha no soporta los bichos, ¡y el chico éste no se los quita de la boca! ES un amor imposible.
Muchas gracias por comentar!
Esa mujer, con fobia a los insectos, tenía razón al alejarse de ese hombre obsesionado con ellos hasta la médula, no hsy más que ver sus pensamientos y expresiones.
Un relato muy bien construido. Los bichitos en los que casi no reparamos pueden dar mucho de sí en manos imaginativas como las tuyas.
Un abrazo y suerte, Rosalía
Muchas gracias, Ángel.
Es que no veas, está abducido por su profesión…
Un abrazo!
Vaya, se juntó el hambre con la gana de comer. Y el muy entomólogo no entiende que Silvia no lo quiera ni ver. Ja ja ja.
Menudo panorama, jajajajaja. Me alegro que te haya divertido,
Un abrazo y gracias por comentar.
Jajaja! Ella puede tener fobia a los bichos, pero él está obsesionado con ellos más allá de lo que dicta la profesión.
Muy bien hilada la trama con todos los bichos de por medio, y muy bueno ese final insinuando un fiambre (¡cómo no!).
Abrazote, sis.
Ay, no quería matarlo, pero la mantis es un bicho que me mola, jajaja.
Un abrazote, sis.
Qué bueno, Rosalía! Vaya dos han ido a juntarse… Condenada al fracaso estaba esa relación, pero el tío, el entomólogo, da bastante repelús… ¿Tendré yo una fobia de esas? Me he divertido mucho. Me ha encantado. Enhorabuena!
Ay, Susana, me alegra que te haya divertido, yo también me lo he pasado genial escribiéndolo.
Un abrazo y gracias por pasarte a comentar.
Muy bien usadas todas las palabras del entomólogo para ir explicando la historia (especialmente «ese piojoso», jaja). Alguien debería decirle claramente al tipo este que debe desaparecer como los mosquitos en invierno.
Un beset!
Carme.
La verdad es que el pobre hombre da bastante cringe, como dicen los jóvenes. O vergüenza ajena en castellano del siglo XX!
Un beso de vuelta par ti también!
Hola Rosalía: un relato que también hubiera servido para la convocatoria anterior con esa fusión fobia/animalitos (insectos). Me ha gustado mucho como desarrollas la trama a través de una historia de amor imposible y sobre todo como desarrollas la personalidad obsesiva del entomólogo.
¡Suerte, Rosalía!
Pues el caso es
Pues el caso es que en la anterior también use a la mantis! No sé que pensaría mi psicoanalista, si lo tuviera….
Muchas gracias por tus palabras, Pilar.
Adora tanto la entomología como a Silvia, lástima esa fobia de la chica que los separa… Muy bueno, Rosalía, perfectamente y un final fabuloso.
¡Abrazo!
Muchas gracias, Aurora, me gusta que te guste.
Besote!
Un amor imposible, una fobia que se enfrenta de manera directa a una jerga egocéntrica. Al enamorado, un diez como entomólogo, pero con un tacto paupérrimo. Ja, ja, ja. Una propuesta realmente original, Rosalía. Un abrazo y mucha suerte.
La verdad es que le vendría bien un poco de inteligencia emocional…
Muchas gracias, Salva, por tu amable comentario.
Rosalía, que bien traído e hilado todo. ¡Enhorabuena!
Muchas gracias, Sergio.
Ella será insectofóbica, pero él es un «obse» de aquellos… ¡Literalmente, un mal bicho! Lo mejor que puede hacer esta chica es echarle Flit (un famoso insecticida argentino), y problema resuelto… 😉
Hablando en serio, me encantaron todas las metáforas entomológicas que usaste en el micro (y a mí también me molan las mantis…)
Un beso grande, Rosalía.
Mariángeles
Ay, aquí también decíamos flit, pero como genérico de insecticida, jajajaj, esa palabra cruzó el charco para lexicalizarse. Ahora suena vintage, o boomer, pero es muy visual.
Muchas gracias por leer y comentar, y un beso de vuelta.
Hola, Rosalía. JAJAJA. Me ha encantado, ese tipo es, en toda regla, una mosca cojonera. Un abrazo.
Ostras, si, me faltó meter esa mosca, o la mosquita muerta, ¡anda que no hay!
Un besote y muchas gracias por comentar.
Fíjate Rosalía si es bueno tu entomólogo que he creído que los protagonistas del relato eran todos bichos.
Muy bueno.
Un saludo
Parece que para el entomólogo también.
Muchas gracias por tus palabras, Gema.
Un amor imposible debido a la incompatibilidad de sus filias y fobias. Menos mal que ella lo ha visto venir y ha escapado por alas. Si se descuida acaba traspasada por un alfiler o bajo el microscopio. Muy buena metáfora con los insectos, Rosalía, enhorabuena y mucha suerte. Besos.
Muchas gracias, Pilar. A ver si nos vemos pronto por alguna biblioteca valenciana!
Un besazo!
Me he divertido mucho leyendo tu micro.Qué bichitos tan acertados en casa línea!
Un abrazo
en cada línea
Muchas gracias, para mí también fue divertido escribirlo. Creo que se trata de eso.
Un saludo!
Muy divertido, Rosalía, arranca la risa y te hace ponerte de buen humor este micro de insectos. Para tu narrador creo que, como dicen en mi pueblo, ese Felipe de los demonios parece ser más tonto que un saltón. Un abrazo
Ay, si es que este hombre da entre grima y pena. Espero que encuentre alguien con su misma filia…
Un abrazo, profe.
Muy divertido el relato. Lo que no te contó Silvia es que el origen de la fobia es que había sido novia de Gregorio Samsa.
Un abrazo y mucha suerte Rosalía