62. EL GATO Y EL PEPINO
Malas noticias:
«Un gato enorme se ha acostumbrado a dormir en el felpudo, es del vecino de enfrente».
A punto estuve de perder el anticipo del alquiler y volverme a casa sin bajar siquiera las maletas, confié en mi familia y en su protección; me instalé.
Según Internet a los gatos les asustan los pepinos, así que mi primer plan del verano fue comprar uno y colocarlo en la alfombrilla, me sentí algo ridícula, pero soy de las que miran el horóscopo todos los días…
Durante los primeros días el lindo gatito parecía hibernar, se mantenía alejado de mi puerta. ¡El cucumis sativus era efectivo!
Al final de las vacaciones, el pepino se había convertido en su juguete, había despertado de su letargo y se despidió de mí de pie y desafiante; fue tal mi ataque de histeria que casi me atropellan en la huida.
Definitivamente necesito ir a terapia.