Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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71. El terapeuta (Jesús Navarro Lahera)

Desde pequeño, en casa solo escuché lamentos. Mi padre protestaba porque tenía que aguantar a su jefe y a los incompetentes de sus compañeros, mi madre gruñía a todas horas y no dejaba de quejarse porque nadie agradecía su trabajo, y mi hermana gimoteaba sin parar tanto porque yo no jugaba con ella, como porque en la escuela no la valoraban adecuadamente.

Por eso nunca he soportado a las personas que van por la vida como plañideras en un maldito entierro. Por eso me hice terapeuta, tanto para superar mi repulsión incontrolable por los lloros de los quejicas, como por hacer con otros lo que de niño no pude llevar a cabo con mi familia.

Ahora, en mi consulta, soy feliz al ver la cara que ponen mis pacientes cuando los animo. Siempre abren mucho los ojos, tragan saliva y se quedan mudos durante unos instantes, como si no pudieran darme las gracias. Lo que no entiendo es que luego cambien esa expresión beatífica que tanto me llena, y en lugar de una sonrisa, sus bocas me devuelvan una mueca de angustia al sentir que mis manos se aferran a sus cuellos para hacer realidad su deseo de morir.

19 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    A grandes males grandes remedios, dicen, y la muerte termina con todos los problemas y sufrimientos, y con todo, hasta con la vida. El problema del método drástico de tu terapeuta es que sus pacientes solo acuden una vez a consulta, nunca vuelven y repiten.
    Un relato de humor negro que sorprende.
    Un abrazo y suerte, Jesús

    1. Jesús Navarro Lahera

      Muchas gracias por pasarte por aquí, querido Ángel. Este terapeuta no tendrá una clientela muy repetitiva, aunque el que entra sale transformado, del todo…

  2. Vas de menos a más: primero haces que sintamos empatía por el pobre protagonista por lo que tuvo que aguantar, pero al final nos haces sentir lo contrario cuando lo vemos disfrutar matando moscas a cañonazos. Y no son moscas precisamente…

    1. Jesús Navarro Lahera

      Muchas gracias por dejarte caer por aquí, Edita. Al pobre se le coge cariño rápido, incluso sus pacientes se lo tienen, al menos hasta que les aplica su terapia de choque…

  3. Gema

    Este relato demuestra empíricamente lo de que la venganza se sirve fría. Espera a realizar sus estudios, a ejercer como terapeuta y por fin vengarse en sus pacientes de la fobia que le provocó su familia.
    Estoy de acuerdo con Edita en que va de menos a más y del sorpresa o final .
    Un saludo

    1. Jesús Navarro Lahera

      Muchas gracias, querida Gema. Las fobias, que no son buenas cuando no se superan y tratan de forma adecuada, y mi terapeuta para mí que ha cogido la senda equivocada, o no…

    1. Jesús Navarro Lahera

      Muchas gracias por leerme y dejarme tu comentario, querida Ana. Si cambias de idea te paso su número, que es mano de santo. Sobre los cuerpos, igual en algún micro futuro nos cuenta qué hace con ellos…

  4. Este cuento lleva a nivel literal la conocida frase «me quiero morir», y muestra claramente, a un nivel extremo, lo que se dice de los psicólogos: que más que estudiar la carrera por genuina vocación, lo hacen para superar los traumas que han vivido en la infancia, y el psicólogo de este micro ha encontrado no sólo una manera efectiva sino perversa de hacerlo, para los inadvertidos pacientes que lo consultan por primera y desgraciada última vez… No creo que nadie, salvo sea el diablo desde el mismísimo infierno, recomiende a este «profesional»…

    Tremendamente bueno, Jesús.

    Un abrazo y suerte para vos,
    Mariángeles

    1. Jesús Navarro Lahera

      Muchísimas gracias, Mariángeles. Este terapeuta es efectivo al cien por cien, todo el que entra en su consulta sale transformado por completo. El que no parece haber superado su fobia es él. Igual en alguna futura historia decide aplicarse su propia medicina…

  5. Nuria

    Una terapia de choque sin duda, y vaya choque!!
    Lo malo es que no le vaticino un buen futuro a tu terapeuta, no va a hacer muchos clientes, por lo menos recomendados por los anteriores.
    Muy ocurrente y con buen giro final.
    Un beso y suerte 💗

    1. Jesús Navarro Lahera

      Muchísimas gracias por pasarte por aquí, querida Nuria. El boca a boca en este caso no va a funcionar, me da que no, y mira que él les observa boquear mientras les retuerce el gaznate…

  6. Raúl Aragoneses

    Cuando el dolor ajeno te supera, nada como atajarlo con una rápida y efectista terapia de choque. Una forma extravagante de empatía, jeje, por decirlo suavemente. Humor negro, que es el más claro de los humores. Mucha suerte, Jesús. Gustazo compartir contigo estos muros de ENTC. ¡Abrazo!

    1. Jesús Navarro Lahera

      Muchas gracias por leerme y por tus palabras, querido Raúl. Este hombre ha estado rumiando tanto tiempo esa fobia a la queja, que al final se ha puesto negro y claro, lía las que lía…

  7. Pilar.C

    «…hacer con los otros lo que de niño no pude llevar a cabo con mi familia». Hummm… Leyendo esa frase fue cuando me empecé a preocupar por los pacientes.
    Reconozco que yo tampoco soporto a los quejicas y que en más de una ocasión he pensado: «por qué no te callas» jaja…, pero tu terapeuta, aparte de la fobia que padece, es un auténtico psicópata.
    Me gustan los relatos con un toque de humor…negro, en este caso.
    Encantada de leerte, Jesús

    1. Jesús Navarro Lahera

      Muchas gracias, querida Pilar. Esa frase la dijo su subconsciente, estoy seguro, y con ella dejó ver lo que luego nos confirma que realiza con sus pobres pacientes. No sé si se irán contentos, aunque una mueca similar a una sonrisa puede que se les quede en el rostro…

  8. Rosalía Guerrero

    Pues mira, sin llegar al extremo de apretarles el cuello, al igual que tu prota yo tampoco soporto a la gente drama queen/king, aunque no arrastro traumas. Normalmente lloran por chorradas porque solo saben mirarse el ombligo. No les estrangulo, pero les pego cortes, jajajaj.
    Un abrazo y suerte.

    1. Jesús Navarro Lahera

      Muchas gracias, querida Rosalía, por tus palabras, así como por darme esta valiosa información, que me anoto a fuego. Prometo no quejarme delante de ti ni por la más mínimo, no vaya a ser que cambies de parecer y me retuerzas el pescuezo 😉

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