Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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77. TRAS LA GRADUACIÓN

Desde hace muchos años no se ha mirado al espejo, evita los escaparates, ascensores y todos aquellos sitios en los que podría verse, le tiene un terrible pavor. No puede saber cuánto ha cambiado y cómo luce. Para el ordenador utiliza una pantalla especial y el móvil es de los antiguos. Hasta la fecha ha podido evitar contemplar su rostro en cualquier lugar y hasta hacerse fotografías en grupo. La imagen más reciente que guarda es una de cuando apenas se graduó en la universidad.
Hoy tiene un problema, debe presentar urgentemente una serie de documentos así como una fotografía reciente para un trámite obligatorio, de lo contrario podría tener serios problemas. No tiene a quién recurrir que le transmita confianza, vive solo y apenas se fía de la gente. Parece que va a tener que enfrentarse a la realidad; alguna vez tenía que pasar, y no quiere tener problemas a estas alturas tardías de la vida.
Va a preparar el momento, está muy nervioso pues sabe que también va a encontrarse consigo mismo. Entra a un fotomatón, y frente a la cámara descubre la misma cara de cuando se graduó, ahora sin birrete.

4 Responses

  1. Ángel Saiz Mora

    Es imposible que el tiempo no haga estragos en los rostros, no querer verlo no evita esta realidad. Sin embargo, tu protagonista es de esas pocas personas de las que se dice que el tiempo parece que no ha pasado poe él. En todo caso, le resultará extraño ese reencuentro con su propia imagen tras tanto tiempo.
    Es cierto no hay peor enemigo que nosotros mismos.
    Un abrazo y suerte, Antonio

  2. Rosalía Guerrero

    Qué curioso que siendo real el paso del tiempo, en este caso el miedo esté en su mente. Tanto sufrir para nada…
    Un abrazo y suerte.

  3. Gema

    La fobia o miedo a los efectos del tiempo en nuestro cuerpo es muy común en mayor o menor grado. Este relato plantea un problema muy real. Vemos muchos ejemplos de cómo personas que, en un intento desesperado, por eludir el envejecimiento acaban convirtiéndose en otra persona muy distinta y a veces monstruosa. Y no se como lidiarán con su imagen en los espejos y en las fotos.
    Un relato que hace reflexionar .
    Un saludo

  4. Hola, a los tres, os agradezco los comentarios, que siempre son una enseñanza.
    Aunque nos miremos en el espejo, prácticamente todos los días, y en estos con los móviles todavía más, no nos reconocemos del todo. Un gran abrazo

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