21. AYUDA INVALUABLE (Mariángeles Abelli Bonardi)
El elefante está mal: han sido años de trabajos forzados en las minas de carbón, pero ahí, en ese santuario de la India donde ahora está, podrá recuperarse… El cuidador lo atiende; le lleva frutas que no tardan en ser sus preferidas… El animal se deja cuidar, y luego de algunos días, comienza a tenderle la pata insistentemente… ¿Será que tiene clavada una espina? – se pregunta el cuidador. Entra al santuario, levanta su pata despacio, y allí, incrustado en la planta del pie, encuentra ese enorme diamante que le cambia la vida…
El hombre no dejará de visitarlo; seguirá llevando esas frutas que tanto le gustan…
– Gracias a ti – le dice -, ya nunca volveré a ser pobre.


Casualidad, destino o una muestra de agradecimiento. El caso es que igual que el hombre mejoró la existencia del animal, este también la de su cuidador. La vida, a veces, tiene esos detalles que la cambian, en ocasiones para bien, y todo con un simple gesto sin aparentw importancia.
En un mundo con tantas maldades, el que la bondad encuentre su lugar y, además, se vea recompensada, es sienpre esperanzador y edificante.
Un abrazo y suerte, Mariángeles
Hola, Ángel. Que la bondad encuentre su lugar y se vea recompensada en este mundo donde la maldad se ha vuelto moneda corriente, por cierto que es edificante (gracias por recordarme esa palabra tan hermosa). Me encanta lo bien que captaste el matiz dual que quise imprimirle al título: ambos, elefante y cuidador, mejoraron su existencia, y eso es aún más invaluable que el diamante encontrado… ¿Casualidad, destino, una muestra de agradecimiento? Puede ser una o todas estas cosas, pero en todo caso, espero que la historia refleje bien la serendipia que nos propone ENTC estos días.
Un beso y suerte para vos,
Mariángeles
Es de bien nacidos ser agradecidos, se dice por estos lares. Y es así, tal cual, como procede tu protagonista. Gracias a la fortuna,, pero también al elefante que fue el hilo conductor de la misma. Buen relato, mucha suerte.
Hola, Izaskun. Aquí en Argentina también usamos ese refrán. Me encanta la imagen del elefante como hilo conductor de la fortuna, y me complace que el relato te parezca bueno.
Un abrazo y suerte para vos,
Mariángeles
Eso sí que es karma nivel premium. Me alegro por el elefante y por su cuidador.
Un abrazo y suerte.
¡Karma nivel premium! Si esta frase tuya no es una serendipia, no sé qué es, Rosalía…
Yo también me alegro por el elefante y su cuidador…
Besos y suerte para vos,
Mariángeles
De tan tierno, merecería ser contado en las escuelas.
¡Muchas gracias, Edita! La tierna sos vos… 🥰
Un beso grande,
Mariángeles
Hola, Mariángeles. Un micro-cuento lleno de ternura, esperanza y agradecimiento. La relación tan especial que se da entre el humano y el animal es preciosa, incluso más que el diamante que aparece sorpresivamente incrustado en la pata del elefante. Los dos protagonistas se merecían ya una recompensa tras el arduo trabajo realizado. Normalmente no ocurren estas cosas, pero tenemos todo el derecho a soñar. Me ha encantado. Besos y suerte.
Hola, Juana. Me encanta saber que logré plasmar esa tan especial relación entre el hombre y el animal…
A diferencia de la propuesta anterior de las fobias, donde encontré más datos para agarrarme a la hora de escribir, este tema de la serendipia me supuso cierta dificultad, ya que la historia en sí misma tenía que ser una serendipia, término tan elusivo y azaroso que me costaba encontrarle la vuelta, así que me propuse simplemente contar una historia sencilla, por eso me encanta que te haya encantado…
Como bien decís, tenemos todo el derecho de soñar.
Besos y suerte para vos,
Mariángeles
Hola, Mariángeles.
Ojalá todas las casualidades fueran así de recíprocas, que beneficiaran por igual a todas las partes.
Me ha parecido un relato muy simpático. Ojalá te traiga suerte. Un cálido abrazo, mi estimada amiga argentina.
Hola, querido Barceló. Me alegra que el relato te parezca simpático. En un mundo ideal, todas las casualidades serían igualmente recíprocas y beneficiosas, pero sabemos que no es el caso. Por suerte, para eso, está la literatura ;)…
Otro cálido abrazo y suerte para vos,
Mariángeles
Hola Mariángeles, me ha gustado mucho. Quién ama a los animales merece su recompensa. Un abrazo y suerte.
¡Hola, Nuria! Qué gusto que el micro sea de tu agrado… 🙂 Totalmente de acuerdo contigo: así como le pasó al protagonista, que encontró el diamante bajo la pata del elefante que cuidaba, quienes cuidan a los animales con devoción reciben, tarde o temprano, su recompensa, aunque ésta no sea una joya propiamente dicha…
Otro abrazo y suerte para vos,
Mariangeles
Parece que el elefante se guardaba un regalo para ofrecérselo a quien más lo necesitara, y a quien más le ayudara. Bonita fábula, con ese mensaje tan claro de que si damos, la vida nos lo devolverá. Un abrazo y mucha suerte.
Así es, Jesús. Ambos se ayudaron mutuamente, y de la mejor manera para cada uno. Siempre es más que bienvenida la ayuda, sea ésta un diamante real o figurado…
No pensé al micro como una fábula, pero supongo que por el tono intimista que tiene, y por esa enseñanza que la historia le deja al lector, bien puede considerarse una…
Dadas estas últimas horas de propuesta «serendípica» que nos quedan, valoro sobremanera que te hayas acercado a comentar… 😊
Otro abrazo y suerte para vos,
Mariángeles