57. Entretelas de un matrimonio de extrarradio o la ascensión a los cielos de Anita Ekberg (fuera de concurso)
Mamá está desnuda. Nunca la había visto así. Tiene las nalgas tan blancas como el mármol de Macael, pero más blandas. Los pechos también, y más firmes de lo que imaginaba. Parece no haberme visto; sale de la habitación y recorre el pasillo hasta la puerta de la calle. Sus carnes se mueven armónicas a cada paso, generosas, rotundas, igual que un enorme flan recién salido del horno. Quizá debería haber cogido alguna de las mantas que cubren el sofá y correr para taparla, haberla detenido, evitar que se expusiera de ese modo al murmurar de los vecinos. Sin embargo, mientras baja la escalera, la sigo de puntillas para no sacarla de su trance, disfruto con el vaivén de su opulencia: la coreografía de sus muslos, el vals de sus caderas, la habanera de sus mamas, el tango, seductor y sereno, con el que avanzan sus glúteos. Una diosa en busca del Olimpo. Al alcanzar la acera, los rayos del sol se enredan en la maraña gris que laurea su pubis, los peatones se frotan los ojos entre incrédulos y conmovidos y papá, que llega distraído del trabajo, descubre, por fin, el tesoro que siempre había tenido ante sus ojos.


Hola, Juancho. Tienes la capacidad de hipnotizar al lector con tus relatos. Haces muy visual cada movimiento de esa madre, una maravilla, y rematas el relato de una forma magistral. Eres un lagarto mago de las letras.
Un verdadero placer leerte.
Abrazo grande, genio.
Jo, Pablo, me quedo sin palabras. Agradezco muchísimo tu cariñoso comentario. Desde luego en lo que estoy muy de acuerdo es en que soy un lagarto, lo demás es un sueño muy bonito que hacéis realidad al leer con tanto afecto.
Otro enorme abrazo para ti!!!!
¡Qué maravilla, Juancho! Es un gustazo leerte siempre.
Un abrazo
Muchas gracias, Nieves!! El placer es mutuo!!
Un fuerte abrazo!!
Jo Juancho, cuando pienso que ya no puedes llegar más arriba, vas y me sorprendes con otro peldaño más alto que el anterior. El micro es simplemente sublime, como dice Pablo (está visto que hoy me toca ir a su zaga), es todo tan visual y está tan bien ligado… como me suele pasar con tus textos, me lo he tenido que leer varias veces hasta quedar satisfecha y, aun así, seguro que lo releeré en alguna otra ocasión. Lamento que esté fuera de concurso porque este iba para el libro, sí o también.
Un besazo de lagartija.
Ay, Ana, pues como le he dicho Pablo, no puedo estar más agradecido por el cariño con el que leéis mis textos. Para mí es un sueño saber que hay alguien a quien le gusta lo que escribo. Al final, el cariño de quienes compartimos esta afición es el motor que pone a trabajar a las musas.
Ese beso que sea bajo el paraguas de una de tus setas!!
Una mujer ha tenido que armar una escena de cine como la de la actriz aludida en el título en la Fontana de Trevi, o más espectacular aún, para que su marido valore lo que tiene en casa.
Original a más no poder, Juancho
Un abrazo
En realidad no sé si es un montaje o algo sobrevenido, imprevisto, un trance súbito, una especie de sonambulismo que a la postre sirve para despertar a otro sonámbulo y mostrarle lo que la apatía y la rutina le están haciendo perderse. Muchas gracias gracias por tu comentario, Ángel, que siempre es como una transfusión de sangre al corazón de un escritor!
Un abrazo enorme!!!
Y además de lo que ya te han dicho, narrado desde un punto de vista diferente: la mirada sorprendida del hijo.
Un abrazo, y qué lástima que esté fuera de concurso.
Hooola, Rosalía, yo también creo que la mirada del hijo es importante en el relato, es a través de su ojos, del hechizo que provoca en él el desnudo de su madre, vamos descubriendo sus encantos.
Muchísimas gracias por leer y comentar.
Un abrazo enorme!!!
Fuera de concurso… Por algo será.
No me dejan jugar más, Edita!!!
Gracias!!! Abrazo grande!!
Me chifla.
Me chifla que te chifle!!!
Gracias, Patricia!!
Abrazo grande!!
Una barbaridad más de las tuyas.
Qué pena privar al libro de esta relato.
Enhorabuena, Juancho, y un abrazo.
Jajaja… bueno hago lo que puedo, Enrique! Agradezco el piropo, pero he leído muchos micros por aquí, entre ellos el tuyo, que quedarán de fábula en el libro.
Muchísimas gracias y un abrazo grande!!
Lo he disfrutado. Un magnifico relato. Un abrazo
Muchas gracias, Antonio, me alegro de que lo hayas disfrutados!
Un fuerte abrazo!!!
Jo, qué maravilla. Esa mujer, esa fascinación del hijo y la fantástica enumeración de su fisonomía conectándola con la música… He disfrutado muchísimo con tu relato. Gracias. Ha sido una delicia leerte.
Muchas gracias, Izaskun, creo que la mirada del hijo le resta morbo y le añade ternura, o al menos eso intenté. Me alegro de que te haya gustado.
Un abrazo grande!!
Relatazooo. Parece que seguimos a una cámara, que estamos ahí. Una pasada desde la genialidad de título. No hace falta que firmes, porque bien sabemos que eres tú. ❤️
(Qué injusto que no se pueda seleccionar… Y qué bien para el resto jajajaj)
Besosss
Hooola, Nuria!! Muchas gracias por tu comentario y por esa lectura tan generosa. Me alegro de que te haya gustado aunque no sé si es bueno ser tan reconocible, pero la verdad es que me cuesta mucho abandonar esta voz que me acompaña desde hace cierto tiempo. Me hace muy feliz que escritores a los que admiro como tú, Izaskun, Antonio, Enrique, María Patricia, Edita, Rosalía, Ángel, Ana María, Nieves y Pablo hayáis dedicado palabras tan bonitas a este cuento.
Un beso bien grande!!!