66. Dos bodas y un funeral (de momento)
La novia, de blanco impoluto, camina hacia el altar con la emoción desbordada en sus ojos castaños. Manuel espera a escasos cinco metros, ansioso por tenerla cerca y liberarse al fin de la sensación de déjà vu que le envuelve, mientras suena la marcha nupcial.
A la misma hora, el mismo día, a miles de kilómetros de aquel altar, la viuda, de negro tristísimo, deposita un ramo de crisantemos sobre la fría lápida de la tumba donde, según le dijeron, descansan los restos de su amado Manuel.
La novia no sabe que su futuro esposo acaba de resucitar.
La viuda nunca descubrirá que su difunto marido vuelve a la vida muy lejos de allí.
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Dos mujeres, una de blanco y otra de negro, que ignoran parte de la verdad sobre el hombre que aman. Ni siquiera él, con ese déjà vu, parece saberlo muy bien.
Al principio he pensado que se trataba de una reencarnación, pero claro, si las dos cosas suceden en el mismo día creo que debe deben ser más bien dos universos paralelos.
Un abrazo y suerte.
Desde que se empezó a hablar de dimensiones diferentes y a cuestionarse el espacio, el tiempo y la materia por parte de la física cuántica, cualquier cosa parece ser posible, incluso a la vez, por lo que tu relato, literario e imaginativo, puede parecer ciencia ficción, pero puede que solo hasta cierto punto.
Un abrazo y suerte, Marta