OCT17. CARTA DE UNA MADRE, de Fernando da Casa de Cantos
Esta es mi última carta. Me despido de este mundo dedicando unas líneas a quienes más quiero, mis verdaderos hijos.
Todos vosotros me sobreviviréis muchos años. Alguno casi se convertirá en inmortal. Os deseo lo mejor, espero haberme comportado como una buena madre. No quisiera el mal para ninguno de vosotros, por pérfidos o rufianes que seáis. A ojos de la mayoría rezumáis desprecio, pero no para mí. Una madre siempre ama a sus hijos.
Ochenta y tres hijos, qué barbaridad. No sé cómo pude aguantarlo. Mi amiga Margaret solo tuvo uno y casi muere en el intento. Otras se pasan la vida intentando engendrar y nunca llegan. Le echan la culpa a las circunstancias, a terceras personas, a la búsqueda infructuosa de su pareja ideal… Se creen las mejores y más fértiles. Infelices, tal vez solo sirven para crear pequeños cuentos que les publicará algún amigo a cambio de un tarro de mermelada.
Tras el trajín, el sueño
tras los mares tormentosos, el puerto
tras la guerra, la paz
tras la vida, la muerte: ese es mi deseo
Recordad siempre estas palabras, me acompañarán hasta la eternidad. Nadie escapa de su destino.
Con amor,
Ágatha
Fernando, después dicen que el santo varón Sotirios exagera será porque no han leído Fernando da casa. El récor del mundo lo tiene una argentina con 57. Yo tendré alrededor 150 , pero dispersados por el mundo. Seguro que gritan ¿Dónde está papá? JA ,JA ,JA , estoy bromeando. Pues, un relato muy entretenido en una cosa tienes la razón que las madres siempre aman sus hijos. Un fuerte abrazo a mi nuevo amigo, Sotirios.
Gracias por comentar, amigo Sotirios. ¡Pero no he exagerado! Es exactamente el número de libros que escribió Ágatha Christie, la inspiradora del mes. Su amiga Margaret Mitchell solo tuvo «un hijo» («Lo que el viento se llevó»), pero la buena de Ágatha parió más que una coneja… Tenía uno en imprenta, otro escribiendo y dos o tres más en mente. Era un fenómeno.
Ay, Fernando, gracias por la explicación. Agatha Christie, siempre ha sido de mis escritoras favoritas (leí más de diez libros de ella). Si no me equivoco (casi estoy seguro) escribió varios más con un seudónimo. Gracias por la aclaración amigo, Sotirios.
Y además algunos le salieron «negritos» a esta prolífica promiscua.
Muy bueno Fernando.
Gracias, admirado Jesús Alfonso. Tus relatos siempre vienen cuajados de entrañables historias de la vida de las que aprendo un poquito más cada día.
Y además algunos le salieron «negritos» a esta prolífica promiscua.
Muy bueno Fernando.
Bienm fernando, ilustrativo y aleccionador. La producción masiva, a veces no tan reconocida, pero… como tu narración y su ritmo prolífica autora.
Abrazos y suerte
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Gracoas, amigo Montesinos. Seguimos leyéndonos.
Me gusto mucho ese pequeño poema que contiene el relato, el trajin-elsueño,la guerra-lapaz,la vida-lamuerte.El yin-elyan que forma parte de un todo. Felicidades por tu relato y tambien por tus hijos( ya se que 83 eran los de Agatha.)
Un beso
Muchas gracias, Esther. Qué pena que el mérito no sea mío, ese poema es de un autor inglés del siglo XVI, Edmund Spenser, muy apreciado por Ágatha Christie. Pidió que se lo grabaran como epitafio.
Lo cierto es que toda esa producción en serie de Ágatha en forma metafórica comparándola con hijos, me ha gustado mucho. El poema le ha dado un toque especial al relato, muy ajustado al contenido.
Un saludo
Suerte
Rosa.
Muchas gracias, Rosa. Un abrazo.
Que idea tan original la del testamento de Ágatha!!!. Iba a preguntar pero ya lo has contestado a ver quien era Margaret. No se por qué dices que algunos rezuman desprecio, a mí me encantan las historias de misterio y detectives, de hecho me parece dificilísimo escribirlas, y sí, algunos inmortales. Suerte!!
Hola Mel, todo un honor que pases por aquí. Los libros no rezuman desprecio, pero sí los personajes que contienen… Asesinos fríos y calculadores en su inmensa mayoría, que elaboran los crímenes como si se tratara de obras de arte. Yo admiro muchísimo a Ágatha Christie, fue mi autora de cabecera desde los diez años. Creo que le debo a ella mi pasión por la literatura. La primera novela que recuerdo haber leído en mi vida fue «Navidades trágicas», en el verano de 1977. Me impactó muchísimo.
Ahh, entendido. Creo que -de las que recuerdo porque tengo muy mala memoria- la que más me impactó fue Asesinato en el Orient Express, eso de hacerse jueces y ejecutores los 12, e hilar una trama con tanto personaje… de quitarse el sombrero. De cría leía tanto a la Chistie como a Julio Verne, ambos me encantan!!!! y creo que soy incapaz de escribir misterior ni aventuras con ficción, que cosas!!
Qué relato tan original y qué buen homenaje. Ha sido muy ilustrativo, los 83 libros (sabía que había sido muy prolífica, pero no cuántas obras había escrito), el poema-epitafio y lo de Margaret, que si no lo llegas a aclarar me habría lanzado a googlear como una loca 🙂 Enhorabuena, Fernando. Suerte, el relato la merece.
Muchas gracias, Ana. Esos piropos, viniendo de una maestra como tú… Me vas a sonrojar.
Me he divertido con tu relato, original sin duda lo es, al igual que algunos comentarios y no digo quién que se me cabrea. Abrazo Fernando.
Gracias Ramón, no pretendo otra cosa que divertirme y hacer algo distinto cada mes… Aunque aún no sé qué preparar para noviembre. Sigo pensando que tu relato de este mes (Ups, no he leído ningún otro relato tuyo, tendré que buscar) es de lo mejor que he leído en mucho tiempo.
Yo nunca miro el próximo reto Fernando (así me va) te agradezco el apoyo, en cuánto a mis anteriores relatos, son como me suelen decir un poco abstractos, en fin, es lo que tiene ser un poco complicado. Abrazo y nos leemos
Fernando, relato de segunda lectura obligada porque la firma te hace buscarle otro sentido a lo leído (que me deja descolocado pues aplicado a los hijos no lo entiendo, pero si es a los libros, cambia). En esa segunda lectura aprecio tu ingenio, el punto de vista que has tomado y como me desviaste la atención. Suerte.
Hola Ximens, gracias por pasarte por aquí. Tienes razón, es un texto que solo se entiende al llegar al final y asociar la firma con el tema del mes. Fuera de contexto, este relato es absurdo. Quizá si lo hubiera titulado «Ágatha se despide de sus libros» tendría más sentido.