OCT09. MI ÚLTIMA DECISIÓN, de Ricardo R. González Ramos
Así dejaré de diezmar la exigua pensión de mis pobres padres para evitar que, un mes si y otro no, nos corten la luz.
Así mis hijos podrán estudiar en la universidad y mi mujer comprarse un abrigo cada invierno.
Así mis amigos ya no me esquivarán como lo hacían al verme y desaparecerán las extrañas miradas del frutero con mis súplicas de demora en el pago. Incluso Genaro del Banco Miendo ya no tendrá que utilizar su retórica ante mis súplicas.
Está decidido. Entraré por la puerta del cementerio el martes 13 de madrugada.
Es mi cita con la muerte.
Seré el nuevo sepulturero.
Me encanta, cuando ya parece que el relato se precipita hacia un final irremediable, le das un giro más a la tuerca y le ofreces una escapatoria al protagonista. Suerte y un saludo.
Vivimos momentos en los son precisas estas escapatorias.
Muchas gracias Ana.
Muy bueno Ricardo.
¿Te das cuentas que estás creando personajes para la historia? Tu Genaro, por cierto así llamábamos a un sufrido burro en mi pueblo, el del Banco Miendo está entrando en la leyenda.
Un abrazo.
D. Genaro volverá hasta que su clase desaparezca. Cosa harto difícil. El burro de tu pueblo no se merecía eso.
Un abrazo, Jesús Alfonso.
No hay trabajo indigno, querido!!
Lo bueno de ser sepulturero es que los clientes no se te quejan así que buena cita la de tu prota.
Un abrazo.
Muy cierto lo que dices. Y no creo que sea muy estresante.
Muchas gracias por tu atención y comentario
Muy bueno Ricardo. Hasta esa última frase parecía que iba de suicidio anunciado y ordenado, en un cementerio, como debieran ser todos los suicidios ordenados. Pero no, en la última e indulgente frase lo indultas. Chapeau!
Disciplinado el chico, pero prefirió seguir trabajando por esta vez. Quizá llegue a cotizar hasta lograr un suicidio más dilatado en el tiempo.
Muchas gracias Marcos. Un placer.
Abrazos.
jajaja, genial Ricardo, tal y como están las cosas los que estamos desempleados ya nos pensaríamos las mismas cosas y palante.
Un acierto el micro, la representación que nos engaña y el final contundente.
Buen micro.
Suerte y abrazos
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Había dos opciones para entrar al cementerio: A pié o tumbado. Hizo una buena elección esta vez. Siempre queda un poco de esperanza.
Muchas gracias Manuel.
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Esa forma tuya de escribir, sencilla y fresca, nos enzarza como un hilo que apenas percibimos y nos conduce, con el sigilo de una araña doméstica , hasta un final premeditado donde acabamos sorprendidos e incautos pero felices, tras comprobar a la vez tu ingenio y nuestra sorpresa . Toda una labor de ingeniería animal. me ha encantado, ricardo
A mi me encanta lo de la labor de ingeniería animal. No me veo con tan extraña titulación. Intentaré seguir así aunque cada vez me será más difícil.
Muchas gracia, Nieves.
Me imagino tu cara escribiendo este relato. Con una sonrisa en la cara y un “…os vais a enterar … “ en la cabeza. Pues es cierto, me fui dibujando poco a poco la soga alrededor del cuello y las cuatro letras de despedida, mientras tú estabas con el je, je, je, os vais a enterar.
Bien Ricardo, cada vez mejor. Se te nota una soltura que no apreciaba en los primeros escritos. Vas cogiendo carrerilla hacia mejor.
Bien Miguel! Veo que tu también mejoras. Ya estas preparado para escribir tus relatos.
Agradezco tus comentarios, pero no creas que me da por anticipar sensaciones. Me pareció divertido el desenlace, nada más.
Muchas gracias por tu atención y tus comentarios tan gratificantes.
Un fuerte abrazo.
Vaya giro final, me has sorprendido completamente.Me gusta el tono en futurible, con esos pensamientos del protagonista, narrarlo en «yo» acertado. El título, eres maloooo, juegas al engaño con el lector. Empieza el relato en triste y acaba con una sonrisa, yo he hecho justo lo contrario je je. Como dice Aurora, todo trabajo es digno cuando da de comer a los tuyos
Mel. Si no entiendo mal, has comenzado la lectura por el final. Tú si que eres malaaaaa, eso solo se permite con la prensa diaria pero, gracias por leer y comentar.
¿como qué he empezado por el final? no te entiendo, lo he leído normal, no se algo se me escapa de tu comentario…
En tu primer comentario dices: «Empieza el relato en triste y acaba con una sonrisa, yo he hecho justo lo contrario» Entendía que habías comenzado la lectura por el final.
Ahh pues no, me refería a qué mi cuento tiene justo el formato inverso al tuyo, empieza de cachondeo y acaba como acaba… Saludos
Un buen trabajo en el mes de los difuntos.
Felicidades
Al leer los temas mensuales pensé podría encajar mejor en noviembre pero JAMS lo ha querido así.
Gracias María.