104. VENECIA SIN MÍ
Llevábamos saliendo más de año y medio y aún no nos habíamos ido nunca de viaje juntos. Yolanda tenía unos turnos de trabajo complicados y en vacaciones aprovechaba para terminar la tesis. Yo, por mi parte, tenía un trabajo discontinuo y andaba bastante justo de dinero. Así es que, cuando me tocó el viaje a Venecia me puse tan contento que sentí la necesitad urgente de decírselo. De aquella no había móviles, así que, antes de andar peleándome con la de la centralita, decidí ir hasta el hospital andando. Por el camino iba pensando en una Venecia en pleno carnaval, en Yoli y yo perdidos por románticos rincones, en noches de amor arrullados por las romanzas de los gondoleros. Absorto como estaba atajé por un descampado, desierto a esas horas. Al rato un individuo me abordó por la izquierda. “La pasta” –dijo–. Yo, sorprendido, hice un giro brusco, forcejeamos, consiguió mi cartera y huyó. Corrí detrás hasta notar un líquido tibio que empapaba mi costado. Desperté bajo una luz que me cegaba. Todos llevaban máscaras y me miraban mudos.
Maestro Toribio, me trajo a la memoria a Pedro Navaja, lo acabo de ver narrado y con ganas de ir a Venecia con su amada, pero…la desdicha, el accidente, lo imprevisto sucede.
Abrazos y suerte
Esa Venecia sin él, lo que no estropee el destino negro. Creerás que he leído Yoldi en vez de Yoli. Me he sentido tan bien.
Me gusta mucho como has trabajado el tema de las máscaras. El relato te deja con ganas de más. Mucha suerte.
Gracias por los comentarios. El final es abierto, tiene razón Juan Antonio; el prota puede quedar tocado, sanar e ir a Venecia con Yoli, sanar y no ir jamás, ir con otra… incluso morirse y estar contandolo desde el otro barrio…
Maestro Toribios, un relato excelente donde las máscaras…, en fin, no son las que se esperaban.
Un saludo
JM
Antonio, muy bueno. Cómo una insignificante decisión (la de ir andando) puede cambiar una vida. Espero que las máscaras acierten. Abrazos.
Gracias Juan y Salvador. Si en un micro algo no es lo que se espera, ya es un éxito.
Un relato de muy buen ritmo, y real como la vida misma, todo se trunca en un momento.
Me ha gustado mucho.
Saludos
Antonio, esas máscaras son las que nunca querríamos tener delante y más cuando estamos bajo las luces de un quirófano.
Un hecho que está a la orden del día y que por desgracia a veces acaba con la vida de la víctima. Esperemos que tu protagonista pueda viajar a Venecia.
Me ha gustado mucho.
Saludos
Si señor, muy bueno.Al pobre le pasa de todo en un par de lineas
No imaginaba yo, al ver el título, que las máscaras del relato serían esas. Muy bien narrado, lo explicas todo en pocas palabras, sólo queda a la imaginación el final a gusto del consumidor.
Suerte y abrazos
Buen relato, que te encamina a pensar en otro final.
Abrazos.
Gracias por vuestros últimos comentarios. Las opiniones siermpre son enriquecedoras.
Fijnal abierto, que el lector decida. Me gusta al igual que la forma en que nos enganchas hasta ese final.
Suerte
Besitos
Gracias, Elysa por tus palabras.