DARDOS (Yolanda Nava)
Cuando vienen las visitas coloca su sonrisa de plástico y muda el tono de su voz, todos la adulan y ella practica su condescendencia mientras les alarga las pastas de té. Cuando se marchan se quita el disfraz: las uñas, las pestañas, la capa de carmín y el corsé que la ha dejado exhausta. Y vuelve a ser la mujer arisca e indomable que practica tiro al blanco conmigo. Hasta ahora sus dardos apenas me habían rozado. Hoy han dado en el centro de la diana. Mientras recogía los complementos de su disfraz después de la última visita, con su peluca en la mano, quise besarla ¡me inspira tanta ternura!, me apartó con violencia, y entre la retahíla de improperios que enlazaba imparable, me pareció escuchar que le da asco mi boca.
Fuera de concurso, ya que fui jurado el mes pasado.
Yolanda, me ha gustado mucho. El difraz a veces es el atuendo normal o como en tu relato, el que se muestra a las visitas.
Besicos muchos.
Muy bueno 🙂
Yolanda, dificil situación elegantemente contada. Saludos