SEPT177. EL SENDERO, de Marta López Cuartero
Una mañana de otoño y bajo unas nubes que amenazaban lluvia, cerró tras de sí la puerta para marchar lejos. Con paso firme y el alma henchida emprendió la bajada del sendero.
Alargó la vista a ambos lados del camino, las sombras de terciopelo y el susurro helador de los ramajes la envolvieron. Su ímpetu se difuminó con el frío y su silueta se fue languideciendo, encorvando, desdibujando, desplomando.
Antes de llegar al repecho, desde donde se avistaba el horizonte, paró. Dejó caer la pesada bolsa de lona en el suelo mientras las lágrimas rodaban por su cara.
La asió, dio media vuelta y subió de nuevo la cuesta sabiendo que en ese preciso momento su corazón había dejado de pertenecerle; al emprender él el camino y ella regresar.
No hay decisión más difícil que la de partir.
Suerte, M.
Vidas contrarias, alejamientos, dolor, nada se te escapa en este melancólico relato lleno de sentimiento.
Suerte
Un saludo
Rosa
En los cruces de caminos siempre hay uno que goza de la prioridad de paso, en este caso, el dolor se anticipa a los dos.
Me alegra leerte compañera de macroquedada!
Un beso