34. LA ÚLTIMA TORMENTA
El agua es mi elemento y, desde que tengo memoria, siempre he amado la lluvia. El aguacero de primavera que tiñe de colores los campos; la tromba de verano que se pega a la ropa sin refrescar apenas; la llovizna de otoño bañando suavemente la hojarasca pero, sobre todo, amo la tormenta que rasga con un rugido las nubes del invierno y descarga su furia hasta anegar la tierra.
Pienso en todo esto mientras, tumbada boca arriba sobre este pedregal, contemplo el cielo gris de la montaña, con la niebla a cuatro pasos y la civilización más lejos que nunca.
Creo que pronto tendré la suerte de volver a escuchar el ruido del agua rebotando en las rocas y a sentir su frío tacto en mi cara. Por un momento regreso a mi infancia y me imagino corriendo entre relámpagos y riendo feliz. Lástima que, esta vez, no pueda levantarme para disfrutar de una carrera bajo la lluvia que tanto amo.
Las primeras gotas están ya helándome el rostro y aún no quiero cerrar los ojos. La fatal caída por un estúpido barranco no me va a privar de dedicarle a esta tormenta mi última mirada.
Me siento identificada plenamente con tu protagonista porque amo las tormentas al igual que ella. El color del cielo desde que se barrunta hasta que pasa de largo. En primavera, verano, otoño e invierno. La lluvia, el olor, el sonido del agua.., en fin, todo. Espero no disfrutar nunca jamás una como ésta. En esto sí que no coincido con ella.
Has escondido muy bien tus cartas hasta el final. Bonita prosa. Mucha suerte.
La verdad que no me esperaba ese final que parece que afronta con tranquilidad y conformismo.
Es precioso el relato.El final con sorpresita,todos recurrimos mucho a estos finales me gusto menos aunque está muy bien resuelto.Saludos y suerte
Purificación, tu protagonista parece optimista en una adversidad tan importante; buena moraleja. Suerte y saludos
Vaya final, ya aún así disfrutaba de la tormenta. Muy buenas descripciones, parece que estábamos en medio de esa tormenta y viendo el cielo amenazador.
Besos
Hola Puri, este relato con ese final tan realista, ella inmóvil pensando en que quizás sea la última tormenta que pueda sentir sobre su cuerpo…un final muy bien elaborado tras esa descripción del personaje al que le gusta tanto la lluvia. Ironías de la vida: podría ser lo último que viese antes de morir.
Suerte
Rosa
Un abrazote.
Está bien la forma de morir de tu protagonista, Puri, imagínate si el agua la desagradara, pobrecilla. Hasta para morir hay que tener suerte.
Un beso
A mí también me encanta disfrutar de las tormentas cuando estoy fuera de todo peligro. Menos cuando conduzco. Ah y nunca cayéndome de un acantilado.
Purificación, precioso relato. Consciente de su irremediable final su mente se refugia en el placer de la lluvia. Abrazos y suerte.
Muchas gracias a todos por vuestros cariñosos comentarios.