Esta Noche Te Cuento. Concurso de relatos cortos

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SEP162. TURBULENCIAS, de Paloma Hidalgo Díez

El centauro hace pulseras, trenzas que teje con sus crines y margaritas que arranca del balcón. La ninfa llora lágrimas siamesas, de cuarzo y amatista, que engarza en zarcillos de plata. El dragón expolia escamas relucientes de sus garras para hacerle una diadema. Ya no saben qué hacer para que vuelva. No saben que la niña que leía sus historias ya no está, pero que dentro de poco, un día de verano quizás, la adolescente que ahora ocupa su cuerpo, sentirá nostalgia de aquellos buenos ratos que pasaron juntos y regresará. Y esta vez, para quedarse.

47 Responses

  1. Paloma me ha emocionado mucho, mucho tu relato. Es preciosa la imagen de los personajes de fantasía llorando por la niña que ha crecido.
    Será que tengo el ejemplo en mi casa.
    Te felicito también por el lenguaje, tan delicado como el tema.
    Besos

    1. Asun, los ejemplos que tenemos en casa descubrirán-quizás como lo hicimos nosotros-que crecer tiene mucho de no dejar nunca de mirar con nuestros ojos infantiles.

      Muchas gracias por comentarlo, y hacerlo así.

      Besos para ti también.

  2. Qué imágenes más bonitas y que riqueza de léxico. Precioso relato con la magia de los cuentos, esos que la niña seguirá leyendo porque ¿quien puede resistirse a tan fabulosos amigos?.
    Muchas felicidades, suerte y gracias por el regalo.

    1. Los amigos descubrirán-si tienen la fortuna de haber sido niños lectores-que a ellos también les hará falta un día volver a ese mundo único que ofrece la lectura. Y sino lo fueron, pues eso, que nunca es tarde para empezar.

      Me gusta que te guste.:-)
      Dos para ti Miguelángel.

    2. Felicidades, Paloma mía. Me alegro por ti y por el micro, que me pareció estupendo en su momento. Aunque yo entiendo que ella vuelve allí cuando se va de aquí, de este mundo tan real y tan de pisar sobre el suelo…

      Otro más para tí. Y otro. A ver, serán: uno que te envié, y dos que te mando ahora, total, tres. Tú me envías dos, pues estás en deuda, chatita.

    1. Esos viajes al pasado (cercano de la infancia de nuestros hijos ) o lejanos ( de la nuestra) nos enriquecen:cuando volvemos, porque siempre lo hacemos, venimos cargados de esas sensaciones que a veces el tiempo nos hace olvidar.

      Otro agradecido para ti.

  3. Revolver en nuestras lecturas infantiles cuando han pasado los años nos hacen imaginar esas escenas que describes con la ternura de un adulto con corazón de niño.

    Los que tenemos hijos pequeños sabemos bien de estas cosillas, de cómo brotan las imágenes que nos creamos en su momento e intentamos transmitirlas a quien más queremos para que también las disfrute, aunque sea de otra forma.

    Un abrazo Paloma ¡muy bella historia!

    1. Qué gusto de leer tus comentarios Laura, leerlos y releerlos, como los cuentos aquellos que nos ayudaron a ser lo que hoy somos.

      Tienes toda la razón, los que tenemos hijos, tarde o temprano pasamos por ello.

      Un abrazo grande.

  4. Un cuento que rebosa fantasía y que sin embargo está muy cerca de narrar la realidad que hemos vivido muchos de nosotros, Narrado con un gusto exquisito, marca de la casa y acabado con un broche dorado que acaba de redondearlo. Enhorabuena y un abrazo de seis segundo, que me han dicho que los de menos tiempo no consiguen producir los beneficiosos efectos que se les atribuyen.

    1. Algo me dice que sí, que lo hará, que cuando investigue ese nuevo mundo que el acné y sus hormonas le descubren, un día sentirá esa nostalgia de saborear la magia de la relectura y hará.
      Gracias Miguelángel.

  5. Paloma, no creo que vuelva. Pero no te preocupes que hay gente que si, por ejemplo Sotirios que tiene 56 años y ha leído todos los libros de Laura Gallego. Un buen léxico para una bonita historia. Un fuerte abrazo maestra, Sotirios.

    1. Sotirios, que sí, que va a volver, que soy optimista y prefiero pensar que regresará. Laura Gallego es una habitual en las estanterías de casa, además, como fue a presentar sus libros al instituto al que iba mi hijo mediano, tenemos la suerte de contar con sus dedicatorias.Gracias por leer, comentar y abrazar a ti también.

    1. Es que, tocaya, es una oferta de turismo con garantía de satisfacción absoluta. Ese país nos espera con los brazos abiertos, lo menos que yo puedo hacer es perderme de vez en cuando por sus calles.
      Es agradable volver a leer vuestros comentarios, intentaré corresponder, porque además es un placer ir de gira por vuestros relatos.
      Gracias.

  6. Qué bonitas imágenes las que abren este relato, y cuántos recuerdos convoca de los libros de la infancia que nos hicieron vivir tantas horas de felicidad. Me ha gustado mucho. Suerte y un abrazo.

  7. Las imágenes que los libros de infancia dejaron en mi mente, de vez en cuando aparecen con tanta nitidez como si estuviera leyendo aquellos libros en ese momento. Y es cierto, que como bien dices, revivo entonces esos momentos de felicidad.

    Muchas gracias y un abrazo.

  8. Me ha encantado esta preciosa historia, Paloma, y la forma tan magnífica que tienes de contarla. Un homenaje a lectura que podría servir de base en los colegios a esos preadolescentes que van perdiendo el hábito, para que por lo menos lo tuvieran en cuenta.
    Saludos y suerte.

  9. Gracias Susana.La adolescencia y sus turbulencias!! Espero que ella vuelva y que lo hagan todos los que andan sometidos a la tiranía de las hormonas. El mundo no sería lo mismo sin lectores ávidos de nuevas historias.

    Un beso

  10. Vaya, otra joyita que no había leido (cosas del fin de mes)… Que bueno el título!!! yo suelo decir a mis»tontolescentes» que tienen el estado de ánimo centrifugado,siempre dando vueltas, je je… hace unos días llegué a casa antes de lo normal y mi hija de 14 años estaba peinando a sus barbies, se pegó un susto cuando me vió, asi como de verguenza y que las estaba ordenando -no te vayas a pensar que estaba jugando con ellas, que soy mayor- ,,,, lo dicho enhorabuenas!!!!

  11. Felicidades, Paloma, ya estás en el libro, como corresponde a tu rango y cargo. Es muy triste tu relato, pero es la ley, madurar y hacerse mayor, descubrir los centauros demás seres mágicos que hay fuera de los libros. Para mi el regreso supone vejez. En fin.

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