SEP159. LA MALA CONCIENCIA, de Miguel Flores Pintado
Con mi mano aferrada al pomo, sabía que este no cedería.
No lo haría porque alguien hubiera echado el pestillo o por falta de engrasado.
Nadie, por mucho que antes le mordiera, echó la tranca a ninguna puerta que yo pretendiera.
No cedería porque los nervios o la cobardía, impedirían que encontrara el ímpetu para accionar el mecanismo, para abrirla echando el crono atrás con un pueril “buenos días”.
– ¿Buenos días?
Admito que no era la mejor manera de regresar tras ocho años sin notas, sin pálpitos, sin llamadas, sin felices navidades…todo ausencia.
Siempre fui el pusilánime que dijo no cuando todo era si.
Siempre supe que en estas, con el pomo y catorce centímetros de pulido roble canadiense entre lo que no quise ser y lo que verdaderamente era, volvería a cometer idénticas torpezas.
Volver a liberar el fierro, a desandar los pasos con la espalda ahogada en sudor.
Volver a equivocarme y a sentir, otra vez, el corrosivo de la mala conciencia.
Miguel como siempre me descubro, me ganan tus relatos y tu manera de contar.
Este pepito Grillo personal que todos llevamos dentro y quizás el abandono al que tu personaje a sometido a personas y lugares de su pertenencia.
Un abrazo
Y coincido con Ana en tu último Jacinto.
Saludos.
Anímate a un certamen de micros sobre nuevas tecnologías, pasa por mi blog hay información.
Invitación hecha a todos, yo no puedo participar, pero… si me acompañan estaré más cómodo.
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Montesinos, que es Flores, pero no Ángel. ¡Ay, estos chicos¡
Muy interesante este dialogo.La mala conciencia acompaña siempre si no se restauran con hechos.
Suerte y saludos.
Coincido con lo comentado, no hay cerrajero capaz de abrir una puerta cerrada con por la mala conciencia. Como siempre, excelente, lleno de imágenes intensas.
Un abrazote amigo, y a seguir.
😉
Tienen razón los compañeros. La mala conciencia puede ser peor que los reproches de los demás. Buen relato. Un abrazo. Gloria
Hay que tener valor para llegar siquiera delante de la puerta.
Abrazos Miguel, muy intensa tu vuelta, suerte.
Anaaaaaaa, que este no es Miguel Ángel, que no es su estilo, que ya me habías descolocado, que he tenido que investigar y todo. Un besote.