53. MAREMÁGNUM (Beto Monte Ros)
El reporte meteorológico informa que es inminente el azote del huracán a la ciudad. Un padre ordena al hijo mayor ir a buscar a los abuelos y traerlos a la casa. El muchacho sale, pero primero pasa a asegurarse que su novia está bien, ella no se encuentra, se ha integrado a la defensa civil, donde ejerce de voluntaria. Fue asignada a ayudar a los que corren peligro en las márgenes del rio; algunos se resisten a abandonar sus hogares y han tenido que llamar a la policía, la que tarda, porque han acudido a atender una denuncia: dos hombres se pelean en un centro comercial, donde el gerente pide calma e informa que tan pronto pase la emergencia estarán abastecidos nuevamente. Los vecinos se ayudan en los preparativos de protección y los familiares se telefonean entre sí. El joven ha vuelto trayendo a los viejos, quienes besan a un pequeño que, abrazado a su mascota, observa por la ventana cómo la lluvia que se ha desatado empapa a un indigente que duerme en el portal de la iglesia. Les saluda y pregunta si alguien se ha acordado de los perros de las calles.
Beto, has encadenado perfectamente el caos que puede ocurrir en este tipo de desastres, cada vida se puede convertir en una historia. La última frase creo que está escrita con mucha intención, olvidados y marginados con o sin catástrofe. Muy bueno. Abrazos.
Gracias Salvador por tu comentario a mi aportación del mes. Estoy de acuerdo con lo que dices: muchas historias, particulares, se desarrollan en cualquier tipo de desastre. Aciertas también con respecto a la motivación de la última frase.
Saludos.
Coincido con Salvador, esa última frase es la clave, es el mensaje subliminal que irrumpe como una tromba en el texto. Muy bueno. Saludos.
Ana, gracias por la lectura. Me satisface que note el “mensaje subliminal” dentro de la historia.
Saludos.
Con qué maestría has enlazado desde la primera frase hasta el punto final. Esos «perros» de la calle, deseo que también y además, sea un guiño a los de cuatro patas, que de esos sí que nadie se acuerda nunca, ¡jobar!.
Me gustó, Beto.
Un abrazo.
Querida amiga Rosy, hay demasiada amabilidad en su comentario. Muchas gracias. No explico la pregunta del niño para que cada quien haga su interpretación, pero tienes razón, durante un desastre nadie se acuerda de los “perros”.
Saludos.
Leyendo tu relato he visionado cada uno de sus parrafos. Pienso como Rosy, que esta muy bien enlazado. Tambien me gusto que te acodases de los eternos olvidados. Muy bueno
Un beso
Hola Esther, que bueno que el relato le ha quedado claro y que le guste. En la ficción me he “acordado de los eternos olvidados” ahora me tomar acción en la realidad.
Saludos.
En un momento así nadie se acuerda sino de sus allegados.
En tu relato, has enseñado la otra cara. La de los que se preocupan de los demás, a sabiendas de que pueden poner en peligro su propia vida.
Para muchos, los indigentes son de otra pasta.
Saludos.
Cierto Virtudes, hay que quitarse el sombrero frente a los voluntarios y todo el que ayuda en una catástrofe, son muchos los que han muerto mientras ayudan, la chica del relato es una de ellos, gracias por captar el homenaje. Los indigentes siempre son las primeras “victimas”. Gracias de nuevo, por la lectura y el comentario.
Saludos.
Beto, es muy visual tu cuento, desgranas las situaciones con imagenes claras y nos llevas a ese final con pregunta. Suerte y saludos
Muchas gracias Calamanda, me gusta cómo califica al relato y de que las imágenes hayan quedado clara, parece que he logrado mi propósito.
Saludos.
Muy bueno Beto. Perfectamente enlazado y con ese final que llena de mensaje el relato. Enhorabuena. Suerte.
Muchas gracias Juan Antonio. Este relato lo he escrito pensando en el “efecto dominó” por eso se enlazan las situaciones dentro de la historia. Suerte para tu “Anitselap”, que también hace denuncia.
Saludos.
Hasta la solidaridad y la entrega más pura tienen sus prioridades y protocolos, un orden no escrito. Original relato de historias encadenadas bajo un hilo conductor, hasta llegar al final, que irremediablemente nos hace sentir un poco culpables, bajar la cabeza.
Un buen texto. Saludos.
Hola Ángel, gracias por tu comentario. Si al leer este microrrelato alguien está de acuerdo en que debemos tener más solidaridad para con los demás, me doy por satisfecho. Me da alegría saber que lo encuentras “un buen texto”.
Saludos.
Si esperamos que los perros callejeros sean el interés de alguien, es que aún nos queda humanidad. La realidad es otra, pero aún hay esperanza.
Estupendo, Beto.
Un saludo
JM
Yo soy de los que creo que sí nos queda humanidad, conozco a algunas personas con mucha sensibilidad y a las que les preocupan los abandonados, tanto personas como animales. Pienso que a pesar de todo, hay esperanza. Gracias Juan M. por pasar y comentar.
Saludos.
Muy bueno, Beto. Estamos tan acostumbrados de los marginados que olvidamos de ellos. Me gusta mucho el contraste entre el marginado y los perros. Un fuerte abrazo, Sotirios.
Muchas gracias Sotirios por el comentario. Este mes quise escribir un microrrelato con un cierto grado de ambigüedad, me alegra que te guste ese contraste.
Saludos.
Beto, muy bien narrados los hechos que van aconteciendo ante esa catástrofe. La solidaridad por un lado y el olvido por otro.
Pienso que en los grandes desastres la solidaridad está más presente, pero que en el día a día no reparamos en ello. Las calles están ocupadas cada vez más, por indigentes, y pasamos a su lado sin inmutarnos.
Aunque, por otro lado, también hay que destacar y eso pasa ahora en España que existen numerosas asociaciones que prestan ayuda. Ante la crisis,creo que hay una mayor colaboración ciudadsna.
Me ha gustado tu aportación para este mes.
Te mando un saludo y te deseo suerte
Hola María Elena, gracias por dejar su comentario. La solidaridad debería ser una constante en nuestro diario vivir y deberíamos aspirar a que no haya ciudadanos que vivan en condiciones de vulnerabilidad. Me alegra saber que le ha gustado mi aportación de este mes.
Saludos.
Hola, Beto.
Una sucesión de escenas que nos pone en antecedentes de una gran tormenta.
Me gustan los valores que se muestran en tu texto: la solidaridad, el amor a los más débiles, a los animales…
Buen micro.
Suerte y unos besos-.
Hola Towanda, gracias por pasar. Quise escribir un relato en el que hubiera choque de valores y antivalores. Los que menciona se enfrentan al egoísmo, la ambición y la indiferencia y el olvido. Todos dentro de la historia.
Un abrazo y saludos.
Bien descrito Beto, el caos desatado, hoy que recordamos los atentados de Madrid y lo que supuso para la ciudad.
Un abrazo
El que ha visto algunos de estos desastres pasa por un miedo terrible. Yo he sido testigo de algunas tormentas y la experiencia ha sido de lo peor. Gracias Epi, por pasar.
Saludos.
Me ha gustado el laberinto que has creado, en el que el joven tiene que ir superando fases, por las que se nos muestran modus vivendi diferentes hasta en la misma catástrofe, y cómo contrasta el hecho de que unos se peleen por llevarse todo lo que puedan del centro comercial y otros «perros» no tienen ni para empezar.
Gracias Lorenza D. por pasar y comentar. En este lado del Atlántico pasan esas cosas.
Saludos.
Muy bien descrito ese Maremagnum, Beto. Y ¿dijiste «mendigos o perros de la calle? Hoy nos acordamos de todo, menos d los más desfavorecido, no?
Muy bueno tu relato. suerte.
Besicos muchos.
Hola Nani, gracias por tan amable comentario. Tanto los mendigos como los perros de la calle son desamparados que merecen mejor suerte, no deberían haber ni uno ni el otro. Hay mucha hipocresía en el trato hacia ellos.
Saludos.
Me gusta tu colmena de personajes y situaciones encadenadas… para desembocar en una pregunta casi surrealista, casi metafórica en la boca de un niño: indigentes/perros de la calle.
Un micro que refleja esa prisa por salvarse de la que habla el narrador, que contagia ese maremágnum.
Saludos
Hola Amparo, se siente bien saber que le ha gustado este “maremágnum”, mi caos de prioridades, que, contradictoriamente, aunque sean solidarias, siempre alguien queda en el olvido. Muchas gracias por leer mi propuesta de este mes y por dejar su opinión.
Saludos.
Madre mía, qué buen título para el caos que se ha organizado. Me ha gustado mucho cómo lo has retratado. Mucha suerte.
Hola Isaskun, gracias por pasar a leer mi propuesta. Me gusta que menciones el título, porque lo he puesto con toda intención, aprecio tu comentario.
Saludos.
Bien descrito el caos de una emergencia.
Un saludo
Muchas gracias Blanca, por tan amable comentario.
Saludos.
Hola Beto, ese «enrevesado laberinto» que has creado trae consigo una reflexión ante la realidad. Me gustan los relatos así, que nos hacen pensar.
Un saludo
Rosa
Hola Rosa, me alegra que le guste el relato y si le pone a reflexionar siento que he logrado el propósito del mismo. Muchas gracias por la lectura y el comentario.
Saludos.
Buenas Beto, me ha gustado el relato. El ritmo narrativo, encadenando ver soy sustantivos, sin apenas adjetivos, describe muy bien la situación. Y el final como denuncia funciona muy bien. Se pueden oír los ladridos de esos perros. Enhorabuena.
Un abrazo microlunático
Hola Tíndaro, me honra que pases a leer mi relato. Gracias por el análisis que haces del mismo y de que esos detalles te parezcan bien. Reciproco el abrazo.
Saludos.
Vaya película has montado con esa sucesión de escenas encadenadas, ágil, dinámica y en la que no se pierde el hilo a pesar de lo que podría parecer.De los perros nadie se acuerda y de los gatos, menos, en esas circunstancias. Me enganta el título. Un saludo y mucha suerte, Beto.
Hola Eva, gracias por acercarse a mi relato.
Todas esas escenas son intencionales, quería que al leerse produjeran una sensación de vértigo por la velocidad en que ocurre cada acción y que, además, el título las abarcara a todas. No sé si lo logré, lo he intentado.
Saludos.
Llego el último y ya está dicho casi todo. Solo quiero añadir que el final me parece sensacional, de los que te dejan pensado que clase de mundo hemos creado.
Enhorabuena Beto. Mucha suerte y un abrazo.
Juancho, nunca es tarde si el comentario es bueno, cómo en este caso.
En ese maremágnum en que todos están inmersos, el único que aparenta estar en calma es el niño, lo que le permite, quizá, hacer esa pregunta llena de sensibilidad. Gracias por la lectura y tu amabilidad.
Saludos.
Vertiginosa mezcla de historias que se entrecruzan con el nexo de la tormenta. La frase final nos deja pensando en todas las historias que no has escrito. Muy buen relato.
Suerte y abrazos
Gracias Anna por la lectura. He tratado de reproducir el caos de las tormentas en el accionar de los individuos. Me alegra que considere bueno a este relato.
Saludos.