55. MAR ADENTRO
El tabernero observa al hombre que entra como si lo trajese la tormenta: camina con ese balanceo de las gentes de mar. El forastero paga cuatro copas por adelantado: si la ves vacía, llénala, impone desde la jerarquía momentánea que le otorgan las ocho monedas que ha dejado sobre la barra. Están solos, la tormenta y ellos: son esas horas de nadie que crecen en todos los bares de los pueblos pequeños.
El hombre bebe en silencio, soportando sin ayuda el peso de unos recuerdos estropeados por tanto alcohol y tanta lluvia. Cuando termina la última, sale de la taberna intentando mantener la dignidad de la línea recta, dejando tras de sí un endógeno olor a sal. El tabernero apenas lo entrevé difuminarse mientras lo devora la lluvia. Él, que nunca ha visto el mar, reconoce claramente el graznido de unas gaviotas sobre su cabeza, y escucha entre los truenos la sirena de un barco que acaba de zarpar.
Fran, ese final crea desasosiego; las secuencias de la lectura se visualizan en muchos detalles; casi cinematográficos. suerte y saludos
A mi la imagen que has creado me ha encantado. Mucho. Me parecía estar viéndolo. Enhorabuena y mucha suerte.
Fran, tu protagonista lleva a sus espaldas una vida entera dedicada al mar. Bonito texto. Abrazos.
A mí me ha hecho recordar a Billy Bones y a John Silver, a esos viejos piratas que con botella de ron en la mano, no cortan el mar, sino vuelan. Parece que el mismo mar ha entrado a la taberna llevando la lluvia consigo hasta la misma puerta. Muy conseguido, Fran.
Me gusta mucho el relato, Fran. Ese mundo de marineros es muy especial y sugerente… Y, tal y como se empeña en demostrar la realidad, muy peligroso. Quizá por eso sean hombres hechos de una madera especial. Suerte y un abrazo.
Muy sugerente y lleno de posibilidades
Grandisima añoranza de otros días me sugiere tu marinero. Me ha gustado, Fran
Me he quedado con ganas de saber más sobre este enigmático marino. Dan ganas de echarse un par de tragos con él. Las imágenes del bar potentes y muy bien narradas.
Enhorabuena Fran. Un abrazo.
Enhorabuena por esa merecida mención. Felicidades 🙂
Felicidades. Fran. Muy bien llevado este relato de fantasmas marineros que necesitan un trago.
¡Enhorabuena, Fran!, ya estás en el libro 2014.