SEP139. REVUELOS GENÉTICOS, de Rosa Molina López
Juan volvió de Alemania, compró unas tierras en su pueblo de Almería e inició un negocio de exportación de tomates. Su prosperidad se medía por el tamaño de sus puros, el modelo del Mercedes y el número de visitas al club de carretera. Allí conoció a Marie, una camerunesa que le hipnotizó con sus contornos magnéticos. Él le dio papeles, estabilidad y amor; ella pasión, sensatez y dos hijos, uno que expandió el negocio por el norte y se casó con una sueca, y otro, antropólogo, que un día partió a Camerún, con las lágrimas maternas pegadas en su rostro, donde ejerció como profesor de universidad y tuvo tres hijos con una bengalí colega suya.
Todas las Navidades hijos y nietos vuelven a Almería. En la cocina, anécdotas y especias aliñan las conversaciones y, en la mesa, los guisos humean como puzzles de colores. Este año llevan un regalo muy especial para el abuelo: Cobre, un setter de pura raza porque, y en eso están todos de acuerdo, es importante evitar las mezclas, ya que así la apariencia y el carácter del animal es más previsible, dónde va a parar.
Qué bueno, qué bueno, Rosa. ¡Vaya lección de pureza de sangre!
No me lo esperaba. Super-original e irónico.
Muyyyy bien llevado.
Un abrazo
Rosa, despues de tantas mezclas no estaban preparados para la multiculturalidad; buena ironia y descripciones. Suerte y saludos
pues la verdad se me hacia el relato algo lento…
y de repente:¡tas! ¡lo has bordado!…
pues la verdad se me hacia el relato algo lento…
y de repente:¡tas! ¡lo has bordado!…
Muy buena la ironía, después de tanta mezcla racial.Gloria
Las apariencias son importantey ¡Ja, ja, ja!. Me gustó. Mi padre también fue uno de esos almerienses que fue a Alemania, aunque volvió sin un Mercedes
En la variedad está el gusto.-Héctor
Qué caña!! No te lo vas a creer, pero me he emocionado. Incluso ese final, me ha dejado un poco pa yá!!
Otro para el podio!!
Me ha hecho reír el final, tan propio nuestro en muchos aspectos. Y muy bien descrito.Un abrazo,
Me gusta como narra la historia, especialmente la ironía que le pone. ¡Suerte!
Saludos.
Donde va a parar!, jajjajaj, que buena la ironía. Apuesto que cualquier día se le escapa al abuelo el setter y tienen descendencia genéticamente imprecisa… Una camada, diversa y plural, enriquecida con la mezcla.
Suerte!, desde Almería.
Muy buena ironía. Relatada estupendamente.
Suerte y recibe mi cariño.
Divertido final de pureza genética. Jajaja.
Felicidades
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios. Me alegra que os haya gustado y os haya divertido. Vuestra risas me alimentan. Qué bien. Un abrazo.
Qué buena puya la del final, si es que en el fondo todos somos un poco racistas. Me ha encantado la familia que pintas y el trallazo inesperado de ironía. Saludos y suerte.
Con ese humor tan tuyo y ese giro final… me lop he pasado bomba imaginando como serían todos ellos!!!
Realmente me ha impactado ese giro al final donde la mezcla de razas viene a ser el punto más importante para la familia de tu relato. Muy buena ironía, me he reído con ese final, como dije, inesperado.
Un saludo
Suerte
Rosa
Es de agradecer entre tanto relato triste este micro. Me parece que con un toque de humor metes el dedo en esa llaga aún sangrante del racismo. El final es un broche que deja la puerta abierta.
Un abrazo.
Muy divertido tu relato, Rosa, con el toque de ironía que te vuelve a arrancar la sonrisa. Me encanta cómo nos has contado las vivencias de esa familia.
Suerte y saludos.