SEP99. VENDIMIA, de Raúl Ariza
El cielo amaga esa cerrazón tan propia del final del verano, tan de playas desiertas, tan de ánimos hueros. Así que el salón, expuesto a través de un par de ventanas, permanece sin embargo casi en penumbra a esta hora temprana de la tarde.
Ninguno de los dos ha querido levantarse a encender siquiera una lamparilla que pueda servirles de faro en esta travesía que recién comienza. Bajo esos visos septembrinos, se ocultan avergonzados. Ella desde una esquinita del sofá, con la costura entre las manos, y él desde el borde inquieto de una silla, se miran furtivos -con ese inocente rencor de los enamorados- cuando adivinan que el otro no está mirando. Poco tienen ya que decirse. Mientras ella le ha implorado mil veces que no se vaya, otras tantas ha tratado él de convencerla de que es la única posibilidad para evitar el desahucio. Ambos entre lágrimas.
Junto a la puerta, un par de maletas llenas de miedo.
En cuanto suene el timbre, Ulises la abrazará, susurrará tres veces que la quiere y jurará llamarla en cuanto llegue a Francia y se instale.
Ya se huele el otoño. Hay más nubes que ayer y una brisa más fresca.
Una lamentable escena real, que se repite en la sociedad que vivimos. Tema de actualidad.
Suerte y recibe mi saludo
Veo trasladados todos los elementos característicos del tema que os ocupa: una partida, la tristeza de dos amantes que se separan, el ejercicio de tejer en tu Penélope, la incertidumbre por un regreso incierto,…
No está nada mal tu relato, Raúl.
Tristemente de actualidad. Me ha gustado mucho la primera y la última frase, evoca muy bien la melancolía y tristeza.
Un saludo y suerte.
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Tu relato es tierno y triste. Ella teje mientras él parte lejos; una separación obligada.
La historia y tus palabras fluyen fácil, nos sitúas a los lectores en ese comedor en la penumbra con aire de melancolía.
Precioso. Felicidades Raúl.
Muy actual el argumento y muy bien entrelazado con elementos de la historia de Odiseo. Me ha parecido precioso. Saludos y mucha suerte que seguro tendrás, porque el relato lo merece.
Tal y como están las cosas, más le vale a ella también largarse.
Poético y sin estridencias, muy bueno. Sí, señor.
Duro Raúl, pero conseguido el objetivo hacernos sentir a todos una situación tan real en los días que corren narrado desde la intimidad.
Suerte
Triste y dura la situación que están viviendo los personajes de este relato. NO muy lejos de la realidad, dada la situación actual
Saludos.
Suerte
Rosa.
Raúl, coincido con todos los comentarios; tristemente actual. Sus imagenes nos llevan a partidas que esperan regreso, y para echar fuera el tiempo; se teje, por ejemplo. suerte y saludos
Realismo, actualidad, pero yo quiero quedarme con un poso de esperanza que les deja, o al menos yo lo veo.
Retrato intimista de la necesidad que obliga a la separación. Me ha gustado también como lo has encajado en el ambiente y en el tiempo.
Felicidades!
Héroe de ficción y sacrificado jornalero, este Ulises deberá partir lejos y volver con las manos llenas, aunque sea de callos. Muy épico, felicidades.
Juan M
juanmanuelsanchezmoreno.blogspot.com
Ah, se me olvidó esta mañana: el detalle de que la lamparilla quede apagada (cual faro lejano), que ninguno quiera levantarse a encenderla, es casi premonitorio.
¡Muy bueno!
Saludos.
Aparte de las dos palabras que me has inducido a buscar y, por tanto, a aprender, y el tema que tratas tan de ahora, de ya, me ha gustado el tono final que tiene de melodía. Sí, es como una canción de Aute, o de Serrat, eso es. Felicidades, Raúl.
Son héroes de verdad este Ulises, esa Penélope (¡qué detalle el de la costura a la luz velada de la tarde!). Medido relato en el que los referentes mitológicos están al servicio de un realismo lírico. Magnífico: me parece un firme candidato al premio del mes.
Suerte.
Un relato sin costuras, de esos que discurren invitando al lector a entregarse – sin sobresaltos- al placer de la lectura.Se mueve en un registro en el que no se sobrepasan ni los almíbares de una poética gratuita ni el horizonte raso de la prosa.Un ph difícil de mantener aun en escritos de 200. Un saludo
Raúl, un hecho social tremendamente de actualidad. Me ha gustado tu lenguaje y narración.
Te felicito,te mando un saludo y mucha suerte.
Elena
Demasiado bonito este relato. Da pena decir que me ha gustado mucho, cuando trata de una realidad tan triste y cruel.
Muy bien escrito, nos mete de lleno en esa maleta de miedos.
Felicidades.
Una atmósfera de tristeza otoñal muy bien conseguida para este drama tan desgraciadamente frecuente. La emigración que creíamos cosa del pasado ha vuelto con sus ausencias y sus desarraigos.
Muy buen cuento.
La escena está contada con mucho arte y gusto, me encanta. Ahora con los vuelos low oost las distancias son más cortas. Hay una frase que no me cuadra: «Así que el salón, expuesto a través de un par de ventanas, permanece sin embargo». O el «así que» o el «sin embargo», juntos no me gustan.
Un abrazo.
Raúl, la utilización de la atmósfera como correlato, el uso de palabras tristes: cerrajón, desierto, hueros, etc., las miradas furtivas, todo, en definitiva, puesto para que el lector sepa que aquí hay drama. Triste realidad nos presentas, nuestros padres se fueron al extranjero para comprar las viviendas y la dignidad, nuestros hijos más de lo mismo. Cómo se nota que eres escritor.
muy buena ambientación…
este relato baña en una atmósfera casi «liquida» de lagrimas otoñales…
se «siente» la melancolía que rezume en cada linea…
Ainssss…
Besos desde el aire
Preciosa prosa que se adentra en los sufrimientos del Ulises contemporáneo.
Felicidades
¡Qué bien me parece escrito este relato, con la esencia de la tristeza ante una partida inevitable! Magnífico el protagonismo de los objetos y del ambiente como fondo. Podrías haber sido seleccionado de nuevo.
Saludos.