SEP98. FELIZ TRÁNSITO, de Nicolás Jarque Alegre
María, “la Lirio” volvió en el tren de las cinco de la tarde a su pueblo, desprovista de su estrella dorada y de los aplausos en los teatros abarrotados. Para la ocasión, lució un vestido negro de Chanel y un chiguagua a juego. De esa guisa y sin equipaje, se apeó en la estación abandonada y, por un instante, recordó la despedida que tuvo cincuenta años antes. Sus padres, el alcalde, la banda de música, el pueblo entero, y hasta el sol, no fueron avisados de su presencia. Con lágrimas en los ojos y el can atado a una correa, inició el lento caminar a sus orígenes. En las primeras calles empedradas, no se percató de que su vestido se coloreó de flores vivas, Lulú se transformó en una cabrita silenciosa y su figura anciana se rejuveneció. En la fuente seca, sin ninguna alma que pudiera reconocerla, ya pasó velozmente y canturreando coplillas como la pequeña Antoñita Luján que fue. E, irremediablemente y para su regocijo, a su casa llegó convertida en una dulce brisa del sur, para incrustarse, entre llantos de alegría, en el retrato olvidado de familia, mientras en la iglesia las campanas repicaban a muerto ilustre
Pues me ha encantado, Jarque!! La Lirio, la Lirio tiene… Es un volver muy pero que muy bien escrito y dibujado, se puede ver!!
Un saludo de La Marca Amarilla!
Un buen relato, Nicolás; tan folclórico como mágico.
Una secuencia de «cupletista» decadente, venida a menos, en su regreso.
Bien descrito y muy hermosa la imagen final del recorrido hasta llegar al retrato de familia.
Suerte y recibe mi saludo.
La Lirio regresa a su pueblo, a sus orígenes, para acabar allí sus días. Es la llamada de la tierra natal…»en las primeras calles empedradas» dará el último soplo de vida y se convertirá en «una dulce brisa del sur». Me ha gustado mucho cómo has escrito tu relato.
Un saludo y suerte.
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Qué resonancias a Macondo he encontrado en tu relato, Nicolás. tu Antoñita Luján es uno de esos personajes que se quedan con insistencia en la memoria, y todo gracias a ese retorno a los orígenes que has descrito de forma tan original y hermosa. Me encanta. Saludos.
¿Por qué será que generalmente nos pasamos la vida huyendo para al final encontrar la paz en el retorno, en el origen aunque sea de manera etérea? Me gusta, un saludo.
Me quedo con la idea de esa transfiguración al instante feliz en el momento del retorno eterno. No es mal descanso.
Muy bien narrado Don Nicolás.
Un abrazo, suerte.
Buen relato Nicolás, en tu personalísima línea de narración. Bonito juego el que nos has propuesta, entretenido, tierno y con mucho aún que decir… casí podría ser un primer capítulo de cualquier pequeña o gran novela.
Suerte, me gustan tus formas de escribir y tus historias.
http://montesinadas.blogspot.com.es/
Esa vuelta al origen, y de esa forma tan especial en que lo hace, me gusta.
Saludos
Suerte
Rosa.
Maravilloso deambular por toda una vida , en una vuelta que empieza en el final te lleva a los origenes y termina en un final. Me encanto.
Felicidades! y un beso.
Nicolás, coincido con los demás comentarios; y la veo ya muerta en su regreso; en esa costumbre que tienen algunas familias de descansar en su pueblo. Suerte y saludos
Es poesía disfrazada de prosa.
Me ha encantado como has ido llevándonos hasta el final. Estoy de acuerdo en que parece poesía.
felicidades
Qué saben en su pueblo lo que es esa apenada Lirio, que les canta coplas a los marineros en el café de La Bizcocha, en Cai. De regreso a su realidad sin potingues, La Lirio llora por fin su pena.
La de veces que cantaban en casa las penas de La Lirio…
Qué ratito de nostalgia he tenido, Nicolás. Gracias.
Juan M
juanmanuelsanchezmoreno.blogspot.com
Maravilloso, Nicolás.
Un abrazo.
PRE CI O SO. Que hermoso final, Don. Cómo huele a bueno este relato.
Abrazos
Que buen relato te has marcado,Escritor. Magnifica ambientación y excelente ritmo narrativo con un final redondo.
Chapeau!!
Abrazos,
Me has robado todas las palabras. Con el permiso de todos los demás, este cuento me ha robado el sentido. Maravillosa deconstrucción del personaje. En dos palabras, IM presionante.
Un beso Nicolás. Suerte no, que no la necesitas.
Me ha encantado la historia, Nicolás. He de decir que lo de ‘ninguna alma’, aunque no sea incorrecto, me ha pitado un poco en los ojos. Seguro que ‘La Lirio’ de la canción estaría orgullosa de tan bello homenaje.Un abrazo.
Precioso, emotivo y encantador. Me divirtió sobre todo la idea del vestido negro y chiguagua a juego.
Felicidades.
Yo veo un alma que regresa, quizás justo antes de la muerte o en el mismo momento. De todos modos es un gran relato, visual y con un punto tierno. Enhorabuena y suerte, compañero.
Abracísimos.
Precioso y muy original. Un Pedro Páramo a la española.
Feliz regreso a los orígenes. Lo mejor el integrarse en la foto y la ambientación. No ha faltado nada.Y aunque no tenga nada que ver me recuerda a «Hasta que llegó su hora». Las estaciones, los trenes, siempre evocan caminos, vivencias, regresos. Quizás por eso dicen que todas las películas en las que el tren tiene una importancia ninguna es mala. Igual con tu relato. Mucha suerte, por que el regreso de la Lirio bien lo merece. Abrazo.
¡Es precioso, Nicolás!
Me ha dejado el regusto de los grandes relatos, con esa nostalgia tierna que lo inunda e inunda al lector. Además, su desarrollo es soberbio, lo que es muy encomiable en tan pocas palabras.
¡Enhorabuena!
Un beso.
Un relato de esos que me duran un tiempo en la cabeza, recreando las imágenes sugeridas. Mucha magia y buen hacer. Y sobre todo, y mi más sincera enhorabuena por ello, arriesgado, por jugar tan bien con los límites entre realidad y ficción.
Un abrazo.
Gran micro y gran historia, con esa mezcla de realidad y subrealismo, hay un toque triste y cómico, es simplemente una mezcla perfecta.Enhorabuena!!!
el volver a sus orígenes es volver a un mundo de colores y alegrías…
» no se percató» cierto… y «su figura anciana se rejuveneció» ahora que no tiene publico…
la lirio… lulú… antoñita… ya puede » entre llantos de alegría» volver a ser ella misma…,.
A través de ese recorrido inverso a su partida consigues dibujarnos en pocas líneas cómo ha sido la vida de ese fantasma que regresa para ocupar su lugar en el panteón de retratos de la familia. Me parece estupendo la transformación de la pena hasta su alegría final, cuando ya nos la describes como niña.
Saludos y suerte.
Bueno, pues yo acabo de volver de vacaciones. Y tampoco ha venido nadie a recibirme. Me he encontrado la casa vacía, pero al menos, las campanas no tocan a muerto….
En serio ahora. Precioso relato, maravilloso, estupendo, genial, «lírico»… escrito con maestría de la buena. Me ha gustado muchísimo, NIcolás!!.
Preciosa historia Nicolás. Magistralmente hilada.
Besos desde el aire
Muy bien contado. Felicidades