SEP93. SEPTIEMBRE, de Lorena Jiménez Justicia
Aquella gris tarde de septiembre volvió a Granada tras veinte años de ausencia. La Alhambra seguía alzándose majestuosa e inconmovible, observando, apática, su regreso. En primer lugar, se dirigió al bar donde tantas horas pasara en su juventud rodeada de amigos, pero aquel ya no era su sitio. Los camareros le resultaron desconocidos y los jóvenes la señalaban y cuchicheaban riendo: era demasiado mayor para estar allí. Después se dirigió a casa: vacía y cubierta de polvo le recordó que una vez tuvo una familia. Comprendió, entonces, que no debía haber vuelto, ya que no le esperaba ni el abrazo materno ni la sonrisa de un amigo ni la felicidad de regresar a los brazos del ser amado. Se marchó a otra ciudad segura ya de quien era: alguien que jamás tendría que volver a ningún sitio, un corazón apátrida.
Lorena al empezar a leer me pareció que ibas a escribir sobre el regreso a Granada de Boabdil, el sultán que perdió ante los Reyes Católicos.
No se en que estaba yo pensando.
Pero también me gustó tu relato.
Saludos.
Después de veinte años es muy probable encontrarlo todo muy cambiado.
Suerte y recibe mi saludo.
Un volver a todas partes. A veces el hogar no está donde se espera, lo realmente malo es no tener ninguno, aunque sea móvil. Hay gente que no necesita echar raices. Lo que me pregunto es si es una herida terrible el descubrimiento de si mismo, o solo el principio del futuro.
Abracísimos, Lore.
Gracias por vuestros comentarios,
Asun, no he podido evitar hacer referencia a mi Graná, jajaja. En realidad, no me parece muy bueno el relato, pues no cuento ninguna historia sino que más bien describo el sentimiento de quien no tiene hogar, como bien dice Barlon.
Barlon, no sé si el descubrimiento de uno mismo es algo bueno o malo, pero si volvemos los ojos a mis queridos griegos, en el Edipo Rey de Sófocles el descubrimiento de uno mismo resulta una catástofre, si bien Sócrates abogaba por el famoso principio «conócete a ti mismo». En fin, hay diversidad de opiniones.
Abracísimos y besísimos para ti también
Pronto andaré microluneando…
Saludos y suerte para ti también Anna